


"Esta no es una historia de amor". Esa es la advertencia que una voz en off nos hace al comienzo de (500) DAYS OF SUMMER (traducida aquí como 500 DÍAS JUNTOS), de Marc Webb, lo que nos sitúa de inmediato en una posición cómoda a los que no sentimos especial predilección por las comedias románticas convencionales, así como en una situación de escepticismo a los fieles a dicha corriente, confiados en que una historia de chico-conoce-a-chica producida en Hollywood y distribuida por la Fox no puede resultar algo demasiado atípico. ¿Es una falsa sentencia? ¿Realmente no es ésta una historia de amor? Supongo que depende de a quién se pregunte, de lo que cada uno haya vivido y de cómo sea la vida sentimental de cada espectador. Desde luego, si lo que esperan es una historia de amor en la que al final los protagonistas, Tom y Summer (gigantescos Joseph Gordon-Levitt y Zooey Deschanel), acaben juntos, ésta no es su película. De hecho, aquí está la gracia del asunto: 500 DÍAS JUNTOS narra el periodo que transcurre desde que los protagonistas se conocen hasta que Tom aprende a pasar página y olvidar su relación con Summer. Pero no lo hace cronológicamente, sino que salta de un día cuatrocientos al uno, luego al veintitantos, después al ciento y pico, y así sucesivamente, creando un interesante juego de espejos en el que vemos cómo un chiste hacía gracia al comienzo de la relación y cómo causa el hastío una vez superada la chispa inicial, del mismo modo que una idéntica frase puede resultar un alivio o un drama cuando se pronuncia en contextos separados por el tiempo y el desgaste.Visto así igual les puede parecer complicado, pero no he estado recomendando la película a todo el que ha querido escucharme durante las últimas semanas por casualidad: 500 DÍAS JUNTOS tiene la virtud de generar entusiasmo, tiene la rabia y los altibajos de una canción de desamor, posee recursos visuales arrebatadores (dividir la pantalla mostrando en una parte las expectativas de Tom y en otra la realidad es simplemente genial, y por otra parte me resulta angustiosamente familiar), una banda sonora perfecta (que va de The Smiths a… Patrick Swayze, q.e.p.d.), un reparto brillante y un guión sagaz y ágil. Parecen muchos superlativos para una sola película, pero ninguno sobra. 500 DÍAS JUNTOS es un himno pop hecho película, emocionante, accesible y pegadizo. Y no sé qué les parecerá a ustedes cuando la vean, porque quizá mi impresión se deba a que comparto con el protagonista una visión sobre las relaciones tan idealista que sólo nos conduce al fracaso, la soledad y la infelicidad, pero a mí, sobre todo debido a mi nefasto y casi secreto historial sentimental, 500 DÍAS JUNTOS sí me parece una historia de amor ajustada a la realidad. Y ahora me voy a escuchar ‘There’s a light that never goes out’ de los Smiths, por enésima vez en lo que va de semana…
Es 21 de Octubre de 2009. Enciendo el ordenador, miro el correo, abro el Word para escribir la crónica de este mes, pensando en cuál de los temas de los que quiero hablar me centro. Mientras me decido, abro el Facebook. Un amigo se hace eco de una noticia: “SAW VI PROHIBIDA”. ¿Pero qué…? Decido investigar. Los periódicos no dicen nada. Empiezo a indagar en foros y blogs. Todos dicen lo mismo y parece que va en serio: el Ministerio de Cultura ha calificado la sexta parte de la saga de terror de más éxito de los últimos años como Película X. Como no termino de fiarme, entro en la web del Ministerio de cultura y me encuentro con esto:
Quien ya ha visto la película en pase de prensa dice que no hay mucha diferencia entre ésta y las cinco, CINCO, anteriores, las cuales se estrenaron sin mayor problema con una calificación para mayores de 18 años. Siendo optimista, empiezo a pensar que posiblemente sea una errata de la web del Ministerio, y que no puede ser que una producción comercial, de la que Buena Vista (propiedad de Disney) tiene 300 copias listas para estrenar en otros tantos cines, tenga la misma etiqueta que otras que aparecen debajo en el listado como ‘Las vecinas de mi barrio echan uno a diario’ o ‘Mami, mi novio es negro ¿Quieres conocerlo?’. Entro en la web ‘entradas.com’ a ver si consigo ver la película en la cartelera de alguna sala de España. Nada. Ha desaparecido. Envío a un sms a una amiga que conoce a alguien que trabaja en el cine Conquistadores de Badajoz (la información casi nunca llega de primera mano, oigan) y me confirma el desastre: no podrán proyectar la película, cuyo estreno estaba previsto para el 23 de Octubre, y toda sala que exhiba un mísero póster de la misma será multada con 60.000 euros. Bueno, todas las salas no. Aquí llega lo divertido: con esa calificación ‘Saw VI’ puede ser estrenada únicamente en las menos de diez salas de cine porno que quedan abiertas en España, lo cual resulta bastante difícil porque, según leo (no piensen que…), estos locales no tienen ya proyector de 35 mm y no pueden pasar ninguna película que no esté en formato DVD.
Según lo estipulado en la Ley de Cine de 1982, puede ser considerada X toda aquella película que muestre contenido pornográfico o haga apología de la violencia. Algún iluminado ha decidido que esta sexta parte es aún más extrema que las anteriores y le ha colocado una X que será, posiblemente lo esté siendo ya en el momento en el que escribo estas líneas, objeto de debate. O debería serlo, ya que esto puede sentar un peligroso precedente que nos haría retroceder a tiempos pasados en los que todavía existía una censura férrea que velaba, o eso querían hacer creer, por la salud mental y moral de personas que, y esto es lo que me mata, tienen capacidad de decisión y capacidad intelectual para interpretar lo que están viendo, diferenciando perfectamente la realidad de la ficción. Por otro lado, los conspiranoicos apuntan la posibilidad de que esto sea una estrategia del Ministerio para comenzar a atacar al cine norteamericano y potenciar el europeo (en la reciente ‘Anticristo’, europea, de Lars Von Trier, aparecían eyaculaciones sangrientas y amputaciones de órganos sexuales en primer plano, sin que por ello dejara de estrenarse en salas comerciales). En Buena Vista están dispuestos a apelar a la justicia, así que cuando tengan este artículo en sus manos posiblemente ya se sabrá qué ha pasado con todo este bochornoso asunto. De momento sólo puedo terminar con una palabra: vergüenza.
Publicado originalmente en la edición en papel de Crónicas de un Pueblo.
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LO MEJOR: No pierde el tiempo y sabe conjugar con acierto muchos elementos terroríficos. LO PEOR: Que todavía no haya secuela. |