A rebufo del último estreno de Jackie Chan, hablo en el número publicado ayer de
Crónicas de un Pueblo sobre actores de cine de acción que, en un momento dado, han cruzado sus caminos con el cine infantil o han tenido que compartir el protagonismo con niños en cintas no especialmente enfocadas al público prepúber. Como es un periódico sobre noticias comarcales y estamos en época de fiestas locales, los ayuntamientos andan como locos comprándose espacio para promocionar sus respectivos pueblos, de ahí que mi sección este mes haya sido desplazada a la parte de Tribuna y haya aparecido el texto algo mutilado, para mi disgusto. Aquí lo tienen íntegro:
Dice el refrán que quien con niños se acuesta, mojado amanece. También decía Alfred Hitchcock que nunca se debía rodar con animales ni con niños. No obstante, algunos héroes de acción son tan duros que estas sentencias se las pasan por la funda de su beretta. Así, tarde o temprano, todo actor más o menos encasillado en el rol de tipo duro acaba filmando su película con niños, a veces para probar retos distintos, otras para ampliar su público y en ocasiones simplemente porque los músculos ya no venden como antes y hay que buscar alternativas. Hagamos un repaso rápido: Arnold Schwarzenegger confirmó su peculiar vis cómica con la simpática POLI DE GUARDERÍA (Kindergarten Cop, 1991), en la que lo mismo se enfrentaba a un padre psicópata que a una progenie de niños asalvajados; Chuck Norris era el motor en la vida y el onírico compañero de armas de un joven Jonathan Brandis en JUNTOS PARA VENCER (Sidekicks, 1992); Jean-Claude Van Damme compartió algunas de las mejores escenas de SIN ESCAPE (Nowhere to run, 1993) con Kieran Culkin, hermano de Macaulay; Hulk Hogan era una superniñera hinchada de esteroides en MR. NANNY (Id. 1993); Bruce Willis se pasaba todo el metraje de MERCURY RISING (Id. 1998) intentando proteger la vida de un niño autista interpretado por Miko Hughes; Sylvester Stallone, antes de revalidar su status de estrella, hizo del villano de SPY KIDS 3-D (2003); Vin Diesel era un ex–Navy Seal con la misión de proteger a unos mocosos en UN CANGURO SUPERDURO (The Pacifier, 2005); y Dwayne “The Rock” Johnson ha descubierto el filón del cine familiar acompañando a unos infantes en LA MONTAÑA EMBRUJADA (Race to Witch Mountain, 2009) y la reciente ROMPEDIENTES (Tooth Fairy, 2010).
A riesgo de quedarme alguna en el tintero, el último que se ha incorporado a la lista ha sido Jackie Chan, quien si bien antes ha alternado con adolescentes en algunos de sus films (incluso lidió ya con un bebé en DOS LADRONES Y MEDIO, de 2006), ahora se adentra de lleno en el subgénero con EL SUPER CANGURO (The spy next door, 2010), película dirigida por el especialista en cine infantil Brian Levant (ESTE CHICO ES UN DEMONIO 2, BEETHOVEN, LOS PICAPIEDRA, UN PADRE EN APUROS…). Casualmente (o no) este mismo año Jackie Chan estrena en Hong Kong la cinta LITTLE BIG SOLDIER y en todo el mundo la nueva KARATE KID, de ahí que no sea descabellado pensar que el bueno de Jackie está intentado delegar funciones en actores más jóvenes, además de verse mezclado en historias más amables, ahora que no se puede mover como antes y son más evidentes que nunca las escenas en las que aparece doblado por especialistas. EL SUPER CANGURO, independientemente del rechazo inicial que pueda generar por su condición de película menor y dirigida a la chavalería, cumple de manera eficaz con todo lo que se propone y con lo que cabría esperar de ella, que no es mucho: hay exceso de azúcar, villanos ridículos, falsas identidades, comedia blanca y algunas secuencias de acción eficientes con las que contentar un poco a los que, al fin y al cabo, somos los que hemos convertido a Jackie Chan en la estrella que es. No hay mucho que objetar entonces, especialmente en medio del maremágnum de decepciones y productos fallidos que tenemos en cartelera actualmente. Mientras tanto, otra producción con Jackie de protagonista, SHINJUKU INCIDENT (San suk si gin, 2009), de un calado totalmente distinto, violento y dramático según los que la han visto, sigue esperando su oportunidad para verse por estos lares.