Buscador

30 ago 2009

'Ricochet'

(Ricochet. Russel Mulcahy. Estados Unidos. 1991. 98 minutos). Ricochet es de la época en la que la tiranía y censura del PG-13 no eran tan pronunciadas y los estudios apostaban millones en títulos que sólo los mayores de 18 años podían ver. Este no fue un gran taquillazo ni suele ser un título especialmente recordado, pero es un ejemplo cojonudo del maremagno de ideas y subgéneros que proliferaron en el cine de acción de los 90, filmado además por un dream team incuestionable: Joel Silver produciendo, Russel Mulcahy moviendo la cámara y Steven E. de Souza desarrollando una historia ideada por Fred Dekker a la que Alan Silvestri pone música. Luego tenemos a Denzel Washington en su segunda cinta de acción tras The Mighty Quinn (A espaldas de la ley, 1989) y a John Lithgow ensayando para la descomunal Raising Cain (En nombre de Caín, 1992), secundados por rostros de la época como Kevin Pollak, Ice-T en su efímero paso por las majors y, atención, detalle importante y pregunta de examen, listillo: Mary Ellen Trainor haciendo de la periodista Gail Wallens. Ni puta idea, ¿verdad? Pues se trata de la misma actriz y el mismo personaje que conocimos tres años antes en Die Hard (La Jungla de Cristal, 1988), escrita también por de Souza y producida por Silver, lo cual nos sitúa en un universo cerrado y reconocible: una realidad virtual llena de one-liners, héroes con problemas y malos como cabras en la que gusta la violencia espectacular y el humor cáustico, y en la que los problemas se solucionan mediante hostias y tiros, a ser posible vestidos con camiseta imperio y el cuerpo lleno de sangre proveniente de unas heridas que sólo duelen cuando se abren.



Mulcahy se atreve incluso a hacerse un homenaje: plantea una lucha de espadas entre John Lithgow y Jesse Ventura (sí, ese Jesse Ventura) en plena cárcel, con armaduras confeccionadas con libros tochos y cinta aislante, que calca algunos planos de la que enfrentaba a Christopher Lambert y Clancy Brown al final de Highlander (Los Inmortales, 1986). Sin olvidar ese guiño desquiciado al White Heat (Al rojo vivo, 1949) de Raoul Walsh, con Denzel Washington emulando a James Cagney sobre un edificio a punto de explotar. Y así, con todas esas referencias y esos lugares comunes (añadan también el entonces inminente Cape Fear según Scorsese, estrenado en EEUU sólo un mes después de Ricochet), se llenan poco más de noventa minutos plagados de elipsis temporales mediante encadenados y personajes iluminados a contraluz que no dan respiro y arrojan algunas cuestiones interesantes que deberían captar su atención, más allá de que a Denzel se le vea fugazmente el babymaker. Citaba hace unas líneas al remake de El Cabo del Miedo de 1991 y vuelvo a hacerlo: El Earl Talbot Blake de Lithgow es un trasunto del Max Caddy de De Niro, mientras que Nick Styles de Washington podría ser el Sam Bowden de Nolte. En ambos casos, héroe y villano se complementan y se necesitan: Nick Styles pasa de ser un simple policía de calle a ayudante del fiscal, forma una familia feliz con dos niñas y la mujer deseada y todo el mundo le ve maneras y futuro de alcalde (como él mismo dice en una de las primeras secuencias, "sería capaz de convencer al diablo de poner aire acondicionado en el infierno"), nada de lo cual hubiera sido posible de no ser por la detención del psicopático Blake en mitad de una feria y que es emitida por televisión gracias a la grabación de un videoaficionado (hoy hubiera pasado directamente al YouTube). Mientras que Styles medra, Blake pasa siete años en la cárcel preparando una venganza que no busca la muerte de su enemigo, sino su desacreditación pública, tratándose entonces de arrebatarle lo que él mismo le dio al convertirle en héroe mediático. Con esto, Blake encuentra un sentido real a una vida de la que no sabemos nada porque probablemente antes de ese momento estuviera sumida en el más puro caos. Esto acerca por momentos la película al thriller psicológico, bordeando el terror en ocasiones, a una partida de ajedrez entre el rey negro (vestido de blanco) y el rey blanco (ataviado de negro), dejando caer también cierto mensaje de raigambre social (la relación entre Styles y Odessa - Ice-T - sirve para recordar al protagonista cuáles son las raíces y, de paso, para dejar claro que a veces uno está más seguro entre la leal protección de unos delincuentes que entre la burocracia de la policía; Blake encuentra en la cárcel apoyo en un grupo neo-nazi), aunque sin dejar de lado las escenas aparatosas que tienen su culminación en una pelea de uno contra uno en lo alto de una torre, como Dios manda. Arrebato nostálgico y gratuito para finalizar: ¡qué bello era el cine de acción de los noventa!


18 ago 2009

A John Hughes



Me ha costado un poco, pero al final he conseguido aportar algo al homenaje orquestado por Sergio Colmenar con la colaboración de Marío Vírico, actualmente dos de los personajes más odiados de la blogosfera pero que a mí me siguen cayendo bien. Y más que eso.
Mi rápida visión sobre Weird Science y Ferris Bueller's day off, aquí.

11 ago 2009

'Up'

(Up. Pete Docter, Bob Peterson. EEUU. 2009. 96 minutos). Si ya con Wall-E Pixar superó el complicado reto de plantear durante un buen porcentaje de su metraje una película muda sobre la historia de amor entre dos robots, con Up realiza un triple salto mortal de ejecución pluscuamperfecta con el que barre cualquier competencia en el panorama de la animación actual. Y no tiene nada que ver con la técnica: lo que hace a Up grande no es su acabado formal, sino su belleza conceptual y una riqueza narrativa con la que el término "animación" debería dejar de ser utilizado para determinar un código genérico y pasar a considerarse una herramienta de filmación más que una etiqueta.

El protagonismo de un anciano, además de constituir un desafío a las leyes del marketing sobre las que se ha sustentado Disney en otras épocas, se presenta asimismo como una declaración de intenciones evidente: Pixar ha llegado a un estado de madurez que le permite dirigirse directamente a un público adulto que apreciará en Up aspectos que pasarán inadvertidos para los más pequeños, mientras que estos disfrutarán con los chistes, la acción y esos perros parlantes que tanto están criticando algunos de manera innecesaria, puesto que no restan ni un ápice de mérito a esta obra maestra de profundo calado emocional (esto es un tópico ya, pero es cierto que los primeros quince minutos constituyen por méritos propios una sublime miniatura sobre la imaginación, la ilusión y el dolor). Porque, manteniendo intacto el sentido del espectáculo y la diversión (esas set-pieces marca de la casa), en Up se plantean temas que huyen del infantilismo o la comedia coyuntural, como el degenerativo paso del tiempo, el aborto, la soledad y el amor más allá de la muerte, algo que hermana la película a otras dos joyas como Roujin-Z y Monster House en la identificación de la amada fallecida con un objeto (un robot en la de Katsuhiro Otomo, una casa en la de Gil Kenan y la que nos ocupa). La perfección con la que se mezclan todas esas facetas en Up es la que la convierte en la joya ineludible de la temporada, precedida además por otro de los más logradados trabajos de Pixar, el corto Partly cloudy (Parcialmente nublado). En 3D o en 2D, en versión original o doblada, si todavía no han visto Up están perdiendo el tiempo.

6 ago 2009

"'¡Oh, dios mío, me ha salido un impersonator!"

Bruce Lee tenía sus clones, Bud Spencer y Terence Hill tenían a Paul Smith y Michael Coby, Franco usaba dobles para conseguir el don de la ubicuidad. ¿Recuerdan el mal rollo de ver al Profesor Cavan con la cara de El Gran Wyoming en lugar de Armando de Razza al final de El día de la bestia? ¿O cuando Vivian Banks pasó de ser un saco de huesos a una señora con curvas en El príncipe de Bel-Air? Es la rareza del doble, la pesadilla dickiana de la suplantación de personalidad... y ahora sé lo que se siente al sufrirla.

Les cuento un poco de dónde viene el asunto: hace mucho, mucho tiempo, este foro era un lugar feliz en el que nos reuníamos la mayoría de fans españoles de Van Damme para compartir impresiones, información y material sobre el belga. Todo iba bien. Había gente que no me caía bien allí, pero eran los menos. Yo intentaba mantenerme al margen de las esporádicas discusiones y ejercer mi papel de moderador lo mejor que sabía. El desastre llegó cuando dos miembros del foro, Rafa y Adolfo (a los que a partir de ahora llamaremos Rafadolfo, porque son como Brangelina), perdieron la puta cabeza. Gracias a su impresionante colección de material de Van Damme, Rafadolfo consiguió su sueño de conocer en persona al actor, halagado al saber que había fans que llegaban a tal grado de obsesión por él que podían invertir sus últimos ahorros en un imán para nevera de Street Fighter o un pin de Timecop (y hablamos de gente con familia a su cargo, aunque cada uno es libre de gastar su dinero donde quiera, ojo... que lo de tener que llenar el biberón de un bebé puede ser algo secundario cuando estamos hablando de un póster coreano de Contacto Sangriento, eso lo saben hasta los tontos). En ese momento la firma forera de Rafadolfo se convirtió en una foto de 400x600 que impedía la correcta lectura de la página y se le empezó a decir que retocara esa imagen para no enturbiar la navegación de la misma. Él lo entendió de la única manera que podía hacerlo: "¡Estos pringados me tienen envidia!", y comenzó a actuar en consecuencia, riéndose de los que no conocían a Van Damme, es decir, el resto de foreros. Los moderadores no sabíamos qué hacer, puesto que el administrador del foro, el endiosado Raúl Centinela, era amigo de Rafadolfo y esto le convertía en alguien intocable. Hasta que un hacker decidió que ya estaba bien, se hizo con la cuenta de la mitad de Rafadolfo y le quedó en ridículo delante de todos. Rafadolfo pensó que el tal hacker era yo, llegando a esa conclusión porque, acojónense, el pirata escribía bien. Pero no, se equivocaba, yo jamás haría algo así, aunque aplaudí públicamente la actuación de esa mano negra. El hacker fue expulsado y todo cambió: Raúl era incapaz de mantener el foro, y no me refiero a económicamente, ya que hasta nos sacó pasta a unos cuantos para luego banearnos por resultarle incómodos. La solución fue que todos los sensatos de allí nos largamos, hicimos un foro nuevo y en el viejo se quedaron Raúl, Rafadolfo y cuatro amigos más, con sus exclusivas en capítulos, sus pajas públicas y su incapacidad para hacer algo mínimanente informativo y aprovechable con el privilegio de tener contacto directo con el mismo Jean-Claude Van Damme. Aquí podría haber llegado la paz, con ambos grupos separados. Pero Rafadolfo siguió obsesionado con nosotros, o conmigo, porque ahora parece algo totalmente personal. No hace mucho intentó colarse en VanDammeForum con nombres falsos, pero fue descubierto y baneado. Y ahora ha hecho lo más patético, rastrero, idiota, asqueroso y cutre que recuerdo haber sufrido por internet desde que lo utilizo. Si entran aquí (EDITO: han eliminado la prueba incriminatoria, así que visiten ese enlace sólo si quieren pasar un buen rato. No obstante, como soy previsor, he rescatado la imagen original y se la he puesto aquí), una vez que se hayan calmado después del ataque de risa y vergüenza ajena ("¡envidia!", diría Rafadolfo), verán al final que este diábolico ente se ha inventado que yo estuve con él en su casa para disfrutar de todo su material como si fuéramos tan amigos, provocando el desconcierto entre los que saben que no le trago y que me parece imbécil e intentando dejarme ante los que no me conocen bien como un hipócrita o así. Para ello han cogido a un tipo gordo, con gafas y perilla y le han hecho pasar por mí. Con dos cojones. No sé si el pobre gañán está en el ajo o si se han aprovechado de él, si le han visto por la calle y le han dado 20 euros si se dejaba hacer una foto... o si han hecho un casting por internet. De Rafadolfo se puede esperar uno cualquier cosa. Cualquiera. Como que se empeñen en decir que ese soy yo y que he estado con ellos una semana en su casa tan ricamente. Porque Rafadolfo es así de hijodeputa. Les dejo la foto con una pequeña comparativa. Más que nada porque algunos ya me han preguntado si ese de la foto soy yo y no me hace gracia que manchen mi nombre de esa manera. Yo nunca visitaría a Rafadolfo y además soy mucho más guapo .


Me gustaría no tener que haber hablado de algo tan vergonzoso, pero no quiero que surjan más dudas. Mientras tanto, intentaré que se me pase el cabreo y veré qué puedo hacer para que esto no se repita. Al principio sólo era una cosa de niños, pero ya está bien de tocarme los cojones.

5 ago 2009

Cuatro nombres en la agenda

Ya he hablado sobre dos de ellos recientemente en el blog pero, siguiendo la tradición de traer aquí todos los artículos que voy publicando en Crónicas de un pueblo, les dejo mi apresurado, incompleto y obvio homenaje a cuatro nombres que me han hecho la vida más feliz últimamente.




Este mes la crónica será un poco diferente. Les propongo, por distintos motivos, cuatro nombres a retener, descubrir o recuperar, dependiendo de cuál sea su relación con ellos. Aunque todos tienen algo en común: hacen cosas que otros no saben, no pueden o no se atreven a hacer. Y si este les parece un artículo demasiado dado a la hipérbole, es porque estos cuatro sujetos lo merecen.

- Michael Bay: lo mío con este director siempre ha sido un poco difícil, hasta tal punto que llegué a odiar ‘La Roca’ (1996) alegando que era una de las películas de acción más sobrevaloradas de los noventa, principalmente por el modo en el que estaba dirigida y montada y lo imposible que me resultaba seguirla sin marearme o acabar con jaqueca. Pero progresivamente Bay ha demostrado ser una autor con unas constantes temáticas y visuales insobornables a las críticas y no sólo no se ha preocupado en ocultarlas, sino que las ha potenciado hasta el extremo. Haber visto en poco tiempo ‘Transformers 2’ (2009) y ‘Dos policías rebeldes 2’ (2003) me confirma a Bay como creador de la Acción Épica (por magnitud, intenciones y resultados) y con ellas se gana mi admiración hasta nueva orden.

- Sacha Baron Cohen: me hizo esbozar alguna sonrisa con ‘Ali G in da house’ (2002), pero cuando llevó otro de sus personajes televisivos al cine con ‘Borat’ (2006) le puse en un altar en el que le mantengo después de haber visto ‘Bruno’ (2009). A pesar de evidenciar cierto desgaste en la fórmula del mockumentary, manipulando a placer tanto el contenido como la forma de sus imágenes y el modo de conseguirlas, Cohen me sigue haciendo llorar de risa en secuencias como la sesión con el médium o la noche de acampada con los cazadores. El hecho de que tanto ‘Borat’ como ‘Bruno’ contengan dentro de sus carcajadas una crítica hacia sectores muy concretos es accesorio: lo verdaderamente importante es que su protagonista e ideólogo es uno de los mejores cómicos que pueden ver en el cine actualmente.

- Borja Cobeaga: de un tipo que con 9 años empezó a hacer cortos con títulos como ‘Komando Águilas Rojas’ o ‘Billy Manonegra’ se pueden esperar grandes cosas. Y así ha sido: ‘Vaya semanita’ es uno de los platos principales de cualquier programa de zapping que se precie, su estupendo cortometraje ‘Éramos pocos’ (2005) estuvo nominado al Oscar y ahora ha presentado su debut en el largometraje, ‘Pagafantas’ (2009), la comedia más inteligente y desgarradora que se ha filmado en España en muchos años. Ahora prepara su segundo largo, de título ‘Retrasado’, que Cobeaga y su coguionista Diego San José han descrito como “Pagafantas en La Jungla de Cristal”, definiéndola como una comedia de acción narrada casi en tiempo real. No sé ustedes, pero yo no pienso perdérmela.

- Lexi Alexander: me declaro fan total de esta mujer desde ya. Campeona mundial de karate y kickboxing, ha dirigido la película de acción más brutal de lo que llevamos de Siglo XXI, así como una de las más divertidas, ‘The Punisher: War Zone’ (2008). Su fracaso en taquilla fue descomunal en EEUU y a España ha llegado directamente en dvd, siendo estos datos más que suficientes para que sintiera curiosidad por ver a qué venía tal estropicio. Una vez vista, se entiende el descalabro: esta nueva adaptación al cine del personaje Frank Castle (The Punisher o El Castigador) es más violenta que cualquier otra película del género producida en Hollywood desde, posiblemente, ‘Robocop’ (1987). Y esto, en tiempos de corrección política, sólo puede conducir al desastre económico. Esperen unos años y ya verán cómo se acaba convirtiendo en un título de culto

3 ago 2009

'Quiéreme si te atreves'

(Yeux d'enfants. Yann Samuell. Francia/Bélgica. 2003. 93 minutos). Tranquilos, no se han equivocado de blog. Resulta que su amigo Tena es un moñas de cuidado al que casi siempre verán hablando o escribiendo sobre cine fantástico o de acción y de cualquier manifestación subcultural que le haga gracia, pero que en realidad se derrite con películas como la que toca hoy. Debut en la dirección de largometrajes de Yann Samuell, Quiéreme si te atreves queda agregada, de manera automática e irrevocable desde sus primeros minutos, a la lista de títulos a los que este torpe escriba recurre cuando quiere saborear algo del amor que no encuentra en la vida real, junto a Marty, Once o Atrapado en el tiempo. Y, créanme, no es una lista donde entre cualquiera.

Les pido otro esfuerzo, que desconfíen del póster: a pesar de que un "te quiero" bajo la lluvia sea un topicazo, la película juega en otra liga por mucho que se pueda encuadrar dentro de lo que se entiende como comedia romántica, además con la virtud de no querer dinamitar con alevosía lugares comunes, pero consiguiéndolo sin aparente esfuerzo. Por ejemplo, la estructura "chico encuentra chica - chico y chica se enamoran - chico pierde chica - chico recupera chica" se cumple pero con matices importantes: en esta ocasión chico y chica siempre han estado unidos, siempre se han querido, pero nunca han estado juntos en una relación y se han pasado la vida perdiendo el tiempo, inmersos en un juego absurdo con el que no ha podido la madurez y que sólo les ha llevado a hacerse daño mutuamente. Pero no piensen en una Guerra de los Rose a la francesa y sin formalización eclesiástica o legal, porque se equivocarían. Quiéreme si te atreves es, desde sus primeras imágenes y haciendo honor a su título original, un juego infantil llevado hasta sus últimas consecuencias por dos adultos que no han perdido la locura, inocencia, temeridad e impulsividad de la niñez, pero que sí han aprendido a manejar estos atributos con la determinación de unos adultos que han intentado jugar a otro juego (el más difícil de todos: tener vidas normales) y han convertido lo que en sus inicios era una simple cadena de retos lúdicos, tímidamente vandálicos, en una sucesión de actos peligrosos que tienen mucho de masoquismo retroactivo y de falta de asunción de responsabilidades. Narrada con la voz en off de Guillaume Canet desde una situación que no conviene desvelar y con la mirada hipnotizante de Marion Cotillard ejerciendo una fuerza considerable, Yann Samuell juega con el tiempo y con la imagen otorgando a su película un ritmo imparable y una plasticidad rica en onirismos que acentúan la sensación de locura en la que (sobre)viven los protagonistas, culminando en un desenlace que podría parecer tramposo y confuso a priori pero que resulta plenamente coherente con el resto de la narración. La historia acaba siendo tan irresistible que ni los propios protagonistas pudieron sucumbir a su efecto, llevando la pasión de sus personajes a la vida real y convirtiendo este juego de niños en algo más grande que la ficción. Si son tímidos, anótenla en su lista de películas que jamás confesarán públicamente haber visto. ¿Se atreven?

1 ago 2009

'Punisher: Zona de guerra'


(Punizher: War Zone. Lexi Alexander. EEUU / Canadá / Alemania. 2008. 103 minutos). Que Punisher: War Zone haya llegado a España directamente al mercado del dvd no debería ser tanto una tragedia como una celebración: los fans de la serie B, siendo egoístas, sabemos que más vale un estreno directo a vídeo que uno limitado en salas de cine al que sólo puedan acceder cuatro privilegiados, haciendo que el resto tengamos que esperar más tiempo para disfrutarlo en condiciones óptimas. Y esta película es un producto para ser gozado en la intimidad, en círculos reducidos, más que en multisalas llenas de espectadores con prejuicios, poco dados a la experimentación y que sólo encajan el gore si viene empaquetado dentro del género de terror. Una vez vista, no extraña nada que se haya convertido en un fracaso comercial. Punisher: War Zone viene de otra época, con su uso lúdico de la violencia, su humor bestia, sus despliegues de fogueo y esas hostias tan sonoras. Hace pensar en RoboCop, en Darkman y en Dick Tracy sin que haya nada específico que se apropie de ninguna de las tres, pero sí asumiendo gustosamente unas máximas de grosería, diversión y exageración presentes en aquellas que no se han vuelto a dar en ninguna otra cinta ambientada en (o inspirada por) el mundo cómic. Si, además, pensamos que detrás de las cámaras está una bella alemana campeona de karate y kickboxing, el nivel de excitación que provoca este Punisher roza ya lo erótico. Sale Kathryn Bigelow, entra Lexi Alexander.


Háganse un favor y cómprense el dvd o el blu-ray de esta maravilla. Los extras, aunque breves, no están nada mal y van a lo útil, centrándose en detalles prácticos sobre la realización de la película y dejando de lado el rollo "yo siempre quise trabajar con..." que tanto nos aburre. De ellos destaco una frase de la directora: "cuando veo una película de acción y noto que a los 20 minutos no pasa nada, empiezo a pensar en la colada". Lexi, le amo.