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5 abr 2006

'La Monja'

(La Monja. Luis de la Madrid. España. 2005. 94 min.) Pocas veces la frase promocional de un cartel cinematográfico resulta tan acertado como ésta: "Reza para no verla". Entre esa sentencia y el hecho de que una película titulada La Monja ya me parece de entrada una mala idea, debería haber hecho caso y no haber perdido noventa minutos en esto. Pero, por otro lado, y como siempre me gusta pensar, mi cinefagia me hubiera hecho tener que verla en cualquier momento, así que cuanto antes me la quito de encima, mejor.

Parece ser que La Monja va a convertirse en la penúltima cinta de la Fantastic Factory antes de extinguirse (el broche de ¿oro? seguramente lo pondrá el Beneath Still Waters de Brian Yuzna, que se tenía que haber estrenado hace más de un año, por cierto), y de las que he visto de la productora (que, además de La Monja, han sido Faust, Darkness, Romasanta y Rottweiler) es sin duda la peor. Sí, amigos, incluso peor que la del perro-terminator. Al menos con esa te reías, eran tan genuinamente zetosa que hasta me resultaba simpática, pero es que a esta monja no hay por dónde cogerla... Y no me refiero a lo poco creíble que resulta que alguien proyecte una cinta de Brian Yuzna en un avión, o que en Barcelona todo el mundo hable en Inglés... no, me refiero a lo ridículas que suenan frases como "cuando vaciaron el estanque despertaron el espíritu de la monja" cuando son dichas en medio de una atmósfera pretendidamente misteriosa y pronunciadas de manera rimbombante para que luego pueda quedar bien en el tráiler correspondiente.

Siempre he defendido que uno tiene que creerse lo que le propone el director sin hacer comparaciones con el mundo real, que es bueno mantener una postura no demasiado crítica para poder disfrutar más sanamente de una película... pero hay ocasiones en las que ni siquiera yo soy capaz de comportarme de ese modo. Para empezar, parece que ni el propio guionista confía mucho en lo que está haciendo y, en determinados momentos del metraje, introduce frases como (más o menos) "el proyecto de la monja de Blair" o "¿qué os creeis que es esto, Sé lo que hicisteis hace 18 veranos?". Estas frases en Scary Movie, por ejemplo, quedan bien (dentro de la banalidad del conjunto), pero no en una película que pretende (y no consigue) dar miedo o inquietar mínimamente al espectador. Eso sí, técnicamente La Monja es más que decente y se nota en ella un esfuerzo considerable por conseguir efectos especiales creíbles y un buen hacer en la fotografía y el diseño de producción. Pero es un esfuerzo al servicio de la nada, porque ni siquiera es una película que podamos calificar de entretenida (que es la manera que tenemos de defender esas cintas que sabemos que no son muy buenas pero que al menos nos dejan buen sabor de boca). Los minutos van pasando lentamente, apenas ocurre nada en pantalla, no hay ni una pizca de originalidad, algo a lo que aferrarse para por lo menos dejarte llevar durante hora y media... nada. Sólo la sensación de ver una cantidad de medios y dinero tirados a la basura. O, como mucho, un decente muestrario de efectos especiales. Por lo demás, os recomendaría no perder el tiempo con ella a no ser que tengáis mucha curiosidad.


Publicado originalmente en (ex)Tierra de Cinéfagos. Notas desde el futuro: Esta es una de las pocas películas que anulan toda mi capacidad permisiva y que me provocan tal desazón que me entran ganas de arrancarme los ojos mientras las veo. Además salía Teté Delgado... Encima eso.

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