Casi me da apuro decirlo, pero las cosas me van más o menos bien, amigos. Y como estoy ocupado mental y temporalmente en otros menesteres de mayor proyección, utilidad y placer, estoy dejando de lado este triste blog que un día pretendió ser importante y hoy se ha convertido en escaparate. Blame it on the boogie.
Por eso, meto moneda antes de que la cuenta atrás del "Continue" llegue a cero e insuflo algo de vida al espacio con situaciones que este fin de semana me han hecho feliz o me han tocado los huevos. Para desespero de mis haters, abunda lo primero.
¿CRISIS? A mi alrededor veo el germen del caos, familiares y amigos se quedan sin trabajo y yo aquí, a lo loco. Comprar es un placer y más cuando puedes hacerlo sin demasiados remordimientos. Quizá inconscientemente esté intentando limpiar mi conciencia desde que me hice con sendas cuentas premium en Megaupload y Rapidshare y ando quemando tarrinas de dvds llenos de costrosos ripeos que circulan por generosos foros de todo tipo, pero del viernes a hoy han sido cinco las películas que he comprado. Podrían haber sido más, porque algunos títulos no estaban disponibles cuando intenté echarles el guante (la edición especial de Los Cronocrímenes, de la que no pienso comprar la versión de un único disco; El Patrullero, que tengo que comprar porque es de Van Damme y porque tiene algunas escenas de hostias que molan lo suyo; Poseída para matar/Scorpion Thunderbolt, que también es una obligación como todas las de Asian Trash Cinema), pero lo que he adquirido no está nada mal. Para empezar, Wall-E. En edición de dos discos, con una aparatosa caja en la que vienen hasta semillas para plantar un pino (y sí, lo he hecho). Viendo una vez más la película me queda todavía más claro que se trata de una de las obras más rotundamente bellas de lo que llevamos de siglo y que está por encima de cualquier otra cosa que haya salido de Pixar. También ha caído Hancock, que incluye un montaje alternativo con diez minutos más de lo que vimos en el cine. ¿Alguien lo ha visto? ¿Merece la pena o empiezo por el segundo disco directamente y me pongo con los extras? Por cierto, una chapuza lo de la contraportada: en lugar de estar impresa en el estuche metálico lo está en papel pegado sobre la caja y de mala manera. Ya está casi suelta y apenas he movido la caja de sitio. Muy mal, muy feo. Aunque más cutre es la edición que Universal ha sacado de Rebobine, por favor, con apenas media horita de extras y una funda totalmente estándar acompañada de una sosa carátula y nada más que el disco en su interior. Espero, confío en que la película merezca la pena, ya que aún no la he visto. Igual que no he visto otra adquisición, Soy un cyborg, que, ésta sí, ha sido editada de manera generosa por Versus y Cameo, haciendo honor a su buena reputación y a sus buenas maneras. Por último, una que sí he visionado al menos cinco veces y que empezaré a devorar por el contenido adicional del bonus disc: Reservoir Dogs. De dónde sacaré tiempo para ver todo esto es LA PREGUNTA.
HIJO DE PAPÁ. El regalo de mi hermano para estos últimos Reyes no podía haber sido más acertado: El traje del muerto de Joe Hill. El hijo de Stephen King ha escrito una novela de consumo rápido pero de permanencia prolongada en el lector. Y no es sólo una frase publicitaria. Hill escupe una historia de rock, terror y amor, tanto amor que me ha hecho sentir mustio y me ha recordado mis tiempos de estar enganchado sentimentalmente a una gótica de manera unidireccional. Y lo hace desde la intimidad, amparándose en la escasez de personajes y de espacios para hacernos sentir cómplices de una historia a veces algo naïf pero cargada de horror, culpa y emoción, con un excelente personaje principal, Judas Coyne, que debería ser interpretado por Rob Zombie en la adaptación que prepara Neil Jordan para finales de este año o comienzos de 2010. De cualquier manera, lo que peor llevaré será la encarnación cinematográfica de Georgia/MaryBeth, porque para mí ella ya ha tenido cara, timbre de voz y olor y se llamaba Ester...
WILL SMITH CASI ES DIOS. O como mínimo su hijo. Eso parece en Siete Almas, un Jesucristo de nuestros días dispuesto a (SPOILERACO) dar su vida por los demás (FIN DEL SPOILERACO) para redimirse de sus pecados y hacer justicia entre las personas de buen corazón (y con esto podría hacer un chiste a costa del personaje de Rosario Dawson, pero no lo haré porque es Rosario Dawson y lo mío con ella es más platónico que aristofánico). No entiendo muy bien el modo en el que algunos se están cebando con la película: no sólo no me parece tan caprichosa como se dice por ahí, sino que su guión me parece acertado a la hora de crear desconcierto y de jugar con incógnitas sentimentales de un modo parecido al que lo haría un thriller de suspense. ¿Les digo lo que pienso? Creo que algunos de estos que se mosquean lo hacen porque les jode que la historia que les cuentan vaya por delante de ellos, aunque al estar planteada in extremis res tampoco hay mucho lugar para la sorpresa indignada. Smith acierta otra vez y enamora por donde pasa: su paso promocional por El Hormiguero le acredita como El Invitado Perfecto.
JASON STATHAM ES DIOS. No hace falta justificarlo. Basta con ver el tráiler de Crank 2. Además, adoro la falta de prejuicio que tiene Statham para encarar secuelas cada vez más locas. Lástima que los de siempre sigan sin enterarse de nada... Me gustaría decir que no me cabreo cuando leo cosas así, pero estaría mintiendo y eso nunca se me ha dado bien.
ALMOST A GHOST. Así se titula la última canción compuesta (aunque a saber, porque este muchacho no para de hacer cosas) por mi hermano astral Mario Vírico, escondido tras su dramático alter ego Marlon Dean Clift. Si viviéramos en un mundo justo y la capacidad artística de una persona le bastara para comer, Mario estaría viviendo de su música y sus palabras y no sobreviendo como lo hace. Ténganle en cuenta.