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15 jun 2008

'Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal'

(Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull. Steven Spielberg. EEUU, 2008. 124 min.) Acomodado en las plácidas y molestas parcelas del crowd pleaser, el regreso de Indiana Jones de kilométrico título y sanas intenciones (hacer dinero a costa de una nostalgia ochentera que a la vez apela a tiempos más lejanos en el calendario y a otra forma más naïf de entender el cine espectáculo) cumple a la perfección su cometido de hacer pasar por caja a los eventuales, esos espectadores que sólo van al cine una o dos veces al año y siempre para ver algo poco arriesgado, con mucha publicidad y que se recomienda con facilidad porque no molesta a nadie. Al que esto escribe, que no tiene ninguna de las entregas previas de Indy entre su colección de dos mil y pico de títulos, la cosa sigue sin hacerle demasiada gracia, y ni siquiera las carcajadas y la cara de disfrute total de su casual vecina de butaca lograron evitar que sintiera el aguijonazo del sueño y la desgana durante no pocos momentos de la sesión.

Nunca puse en duda que un Harrison Ford sexagenario pudiera seguir correteando con el látigo, porque me parece una gilipollez existiendo tan buenos especialistas y todos esos fx que Spielberg jura que no ha usado y que cantan como los que más. Pero tenía serias dudas de la capacidad de esta aventura para fascinarme y hacerme caer en las redes del fanatismo más entregado y acomodaticio. Y no: Indiana Jones sigue sin ponerme enhiesto, lo mismo que la otra saga protagonizada por Harrison Ford y ambientada en una galaxia muy, muy lejana llena de personajes cansinos y ruidosos que gusta mucho a mucha gente pero a mí sólo un poco. Mi recuerdo más emocionante relativo al universo de Indiana Jones es aquel que describe mi agobio al rascar con la uña la etiqueta plateada del vhs de El templo maldito (mi favorita de la serie, lo cual dice mucho sobre lo que difiero de los que sí son fans de Indy), sólo por curiosidad, y pensar que en el videoclub me iban a obligar a comprar otra cinta porque el título había quedado casi ininteligible en la pegatina. Así que entenderán que planos diseñados explícitamente para provocar el éxtasis de los fans, como aquel en que la sombra de Indiana recoge del suelo su viejo sombrero, a mí no me inducen a otra cosa que a pensar "mira, un chiste para la galería". Y entenderán también, porque les considero inteligentes, que no voy a destrozar despiadadamente algo con lo que no caso porque, sencillamente, me da igual y supondría un esfuerzo al que no me quiero entregar a estas horas de la noche y cuando aún tengo el cuerpo mustio después de haberme quedado atontado con La Niebla de Frank Darabont.

El haber dejado pasar unas semanas después del estreno para ver Indy 4 ya dice mucho de mi desgana y, aunque no es que lo pasara mal durante la experiencia, lo cierto es que lo que más disfruté de la película fue lo que menos tiene que ver con la mitología del señor del látigo: el personaje de Mutt Williams, la ambientación de la década de los 50, el rock'n roll, la paranoia comunista y radiactiva (¡esa forma de escaparse de una explosión nuclear! ¡para que luego se quejen de Double Team!) y esos extraterrestres que al parecer tanto están molestando y que a mí me saben a poco y a fallido intento final por sorprender al espectador (que debe tener muy poca capacidad de deducción para no darse cuenta de a qué se enfrenta Indiana desde el principio). Por lo demás, se puede decir que las escenas de acción funcionan bien, a pesar de ser totalmente mecánicas y tener menos alma que una canción de David Civera. Y que Karen Allen en plan borderline da cosica. Lo mejor, además de pasar un buen rato al fin y al cabo, es el bello espectáculo de la destrucción que propone con la citada seta radiactiva y con la orgía catastrófica del final (la boda no, lo que viene antes).

11 comentarios:

Cecil B. Demente dijo...

Vaya, cuanto astío y desgana veo yo, si casi parece que te hayan obligado a latigazos a hacer la crítica...

Pedro José Tena dijo...

Pues hombre, tampoco es eso, CECIL. La película me distrajo más o menos bien casi todo el rato, pero es que a mí Harrison Ford me da muy igual y nunca he tenido a Indiana Jones entre mis héroes favoritos. Cuando vi John Rambo, por ejemplo, la primera vez que Johnny dispara en el barco... casi me pongo a aplaudir de la emoción. En cambio, la primera vez que aquí Indy usa el látigo no me provoca demasiada emoción que digamos. No estoy diciendo que la película sea una birria, simplemente que a mí no me hace vibrar.

estanli cuvric dijo...

Seguro que si Tom Selleck se hubiese hecho con el papel, la saguica le hubiese gustado más, ¿me equivoco Don Pejota? :P

José Viruete dijo...

Yo tampoco he ido a verla todavía, fíjate. A mí me gustan pero nunca me han vuelto loco.

Pedro José Tena dijo...

A ver, ESTANLI, que tampoco se trata de hacerme el anti-mainstream porque sí: las pocas veces que he visto las cintas de Indiana Jones he pasado un buen rato y ya está, pero eso no tiene nada que ver con el protagonista. Si Tom Selleck hubiera aceptado el papel las películas (supongo) me seguirían pareciendo lo mismo.

JOSE, ya me contarás, pero supongo que tendrás la misma sensación que con las otras... aunque probablemente tirando a peor.

estanli cuvric dijo...

No, si no lo decía en plan listillo, a mi es que un buen bigotón me resulta muy simpático, y el bueno de Tom se lo merecía.

Pedro José Tena dijo...

ESTANLI, ¿se imagina a Tom Selleck y su bigotón protagonizando Peligro Inminente? Hubiera estado bien: al menos así habría algo a lo que mirar en la pantalla. No se preocupe, buen hombre, que no le había malinterpretado.

Milgrom dijo...

Yo fui a verla el Viernes y me pareció una payasada sin alma. He visto Cartoons mucho más realistas que esta peli. Lo que menos me ha gustado es que Indiana parece Superman en vez de ser un John Maclane de las aventuras. Esta nueva entrega es totalmente descabellada y autoparódica y llena de momentos más avergonzantes que el baile de Maguire en Spiderman 3.

Pedro José Tena dijo...

MILGROM, yo con el tiempo igual acabo pillándole la gracia a esto que calificas de payasada, pero el caso es que ni siquiera soy capaz de verla como tal. Es que ni eso. Me da tan igual...

Anónimo dijo...

Yo tampoco soy muy de Indi, pero me encantó el momento "nevera", jajajajaja, supongo que entenderás mi ironía, es la única que he visto de todas las muchísimas de Indiana Jones, nunca llamó mi atención el señor del látigo al igual que tampoco la llamó ni la llama la señora de las ensaimadas en la cabeza, el hombre de negro o las espadas láser... en esto estoy de acuerdo, para mí, es una peli demasiado vacía y absurda, hecha tan solo para sacar algo de dinero fácil, desde luego, siendo esa su finalidad, creo que les fue bastante bien, consiguieron el resultado esperado, el público respondió como siempre.

Pedro José Tena dijo...

Ana, según tus comentarios creo que el tema fantástico lo tienes bien de lado. Menos mal que por lo menos te gusta Cronenberg y Lynch y que estás dispuesta a ver 'La Cosa', que si no igual dejo de hablarte.