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10 ago 2008

'El diario de los muertos'


(Diary of the dead. George A. Romero. EEUU. 2007. 95 minutos). De todas las ideas que rondaron por mi cabeza mientras visionaba Diary of the Dead, la que más se repetía de todas era esta: "El viejo ha perdido la puta cabeza". Igual que llega un momento en el que el abuelo empieza a llamar a sus nietos por nombres que no les corresponden, Romero empieza a sufrir el chocheo zombi, convirtiendo lo que otrora fue summun de la reivindicación social fantaterrorífica en una torpe gallina descabezada que aletea sus alas, agónica y descordinada, mientras mancha todo de sangre pero no atina en un sitio concreto. No se sabe si lo de Romero es una crítica al poder revulsivo y congregador de los tutubos o un desesperado intento por demostrar que aún se siente joven, pero el caso es que su pataleta es inofensiva e insípida, además de altamente errática e incoherente.

Si en las anteriores entregas de esta saga que acaba de romper definitivamente (y no sólo cronológicamente) podíamos entresacar cuestiones que iban más allá del splatter y que aludían a Grandes Temas como la segregación racial, el consumismo, el militarismo o la inmigración, en Diary of the Dead apenas tenemos nada en lo que rascar y, lo que es peor, la verdadera catástrofe, ni siquiera los momentos de acción y gore son suficientes como para siquiera poder comparar esta película con Night, Dawn, Day y Land. Diary es poco menos que un truño que no sabe a qué sumidero dirigirse y eso es algo que molesta en alguien que siempre ha tenido las ideas tan claras como Romero. Pero es que hasta el concepto inicial chirría: no es ya el manuscrito encontrado, sino el manuscrito editado, algo que hace que la idea de filmar la película como si se tratara de una grabación doméstica pierda toda su fuerza, ya que al fin y al cabo se acaba jugando con múltiples puntos de vista y con un montaje a veces totalmente típico de plano-contraplano, por no hablar de lo gilipollas que resulta el hecho de que la voz en off de la protagonista (que es la que en la ficción ha montado el, ntch, documental) tenga ese poso de dramatismo pero no tenga reparo en introducir música cómica en algunos instantes (ojo al momento "me voy a Texas y a ti que te den por el ojete", porque es impagable).

Odio lo que ha hecho Romero, porque me ha llevado a un punto en el que nunca quiero estar cuando me dispongo a disfrutar de la ficción: a dudar de mi capacidad para ejercer la suspensión de la credibilidad. Sabemos que otras han sido antes, pero que en algunas secuencias estén en escena dos personajes sujetando sendas cámaras mientras otro, indefenso, esté siendo atacado por un zombi, es algo que roza el límite de lo permisible y entra prácticamente en el campo de lo risible. Pero a lo mejor de eso se trata: es posible que Romero sólo haya querido hacer una parodia de sí mismo y de la tendencia del horror hacia la primera persona, pero eso lo podría haber hecho cualquier fan con un poco de dinero y un par de fines de semanas libres. Al final lo que queda es la sensación amarga de que Diary of the Dead podría haber sido una cinta divertidísima de haber sido filmada de modo convencional (de tal manera que sus efectos de montaje no parecieran metidos con calzador) y haber potenciado sus hallazgos: un delicioso muestrario de muertes creativas aplicadas a los no-muertos (¡ese desfibrilador!) y, sobre todo, el personaje de Samuel, todo un robaescenas que se convierte en la verdadera estrella de la sesión con apenas unos minutos en pantalla.

Romero prepara ya Diary of the Dead 2. Deberían saber que no soy de esos agonías que se ponen nerviosos con las secuelas y los remakes pero... ojala Romero recapacite y se deje de estupideces de este tipo. O, casi mejor, que se le vaya la pelota del todo y haga una comedia zombi de una jodida vez, pero sin coartadas reivindicativas y sin voz en off. Por favor.

6 comentarios:

Sergio Aguilar Molina dijo...

Me asustas, Pedro José: soy un admirador de la filmografía de Romero, y en general, suelo tener en cuenta tus impresiones sobre una película antes del visionado de esta.
Aun no vi Diary of the Dead: la tengo pendiente. Sabía que no estaría a la altura de las otras películas de zombies del maestro, pero no me esperaba una crítica tan desalentadora. :S

Anónimo dijo...

Quiero pensar que el post que he leído es producto de una indigestión de un potaje de garbanzos y que Romero no ha hecho una película de zombies mala.Ya te diré cuando la vea.

Por cierto,casualidades de la vida, justo cuando abandonas la estética carpenteriana muere "El Duque de Nueva York".También es mala suerte.Me gusta el nuevo look.

Pedro José Tena dijo...

Ya me gustaría decirles que mi reseña no es más que una broma pesada, pero siento tener que decirles que no. La película no es que sea rematadamente mala... solo que la podría haber hecho cualquiera y no Romero.

Saludos, majetes.

Anónimo dijo...

Venia a agradecerle que me haya colocado ahi en los enlaces y me encuentro con su critica de Diary. Estoy bastante de acuerdo con usted. Al pobre Romero se le ven los costurones al rato. Al final con esos planos de todo tipo, picados y contrapicados, los insertos para explicar la presencia de material de otras fuentes... por no hablar de las interpretaciones, que son pavorosas.
Pero me gustaria rescatar un par de cosas que demuestran al menos que al menos Romero se lo toma con guasa (aparte de su cameo como policia). Primero que los personajes acaben recreando la peli de terror que rodaban al principio, tetas incluidas. Ese es un guinyo gracioso. Lo otro es el momento en el que el tal Jason les hace repetir la entrada en la casa para que quede bien, pero luego ante la camara promete que solo contara la verdad, cruda. Una jocosa reflexion sobre la peli en particular y el cine en general.

Rey Nova dijo...

Si, muy lamentable la última entrega de Romero, una pena, yo queria darle el aprobado, de hecho lo hice raspando, pero la pelicula no aguanta un segundo vistazo, lástima.

Pedro José Tena dijo...

No debe agradecerme nada, DR. ZITO. Le incluyo ahí con mucho gusto. La jocosa reflexión de la que habla está bien, de hecho es de lo poco que salvaría de la película. Pero ya que Romero hace ese cameo vestido de poli e introduce esos golpes de humor, no hubiera estado de más que todo el resto de la película hubiera tirado por ese camino. ¡Es que en realidad es un petardo!

DARKERR, no es ya que no aguante un segundo vistazo... es que al primero ya entran ganas de dejarlo.