(Amusement. John Simpson. Estados Unidos. 2008. 85 minutos) Concebida inicialmente para su estreno en cines pero estrenada finalmente en vídeo, Amusement es la segunda película de John Simpson, responsable de una cinta que ha adquirido cierta categoría de culto y que también tuvo una distribución tardía, Freeze Frame. Más relevante resulta el nombre de su guionista, Jake Wade Wall, firmante de los remakes de Cuando llama un extraño y Carretera al infierno, ya que Amusement es una de esas películas de terror en las que el guión adquiere un protagonismo inusitado, en este caso para mal. Wall retoma los motivos de sus guiones previos (el horror en la carretera y la canguro asediada por un psicópata, aunque con variaciones), les añade algo de american gothic, un poco de torture porn y una estructura de historias cruzadas que va hilando con la sutileza del alambre de espino que sirve como reclamo publicitario. El problema no es que juegue con los tópicos, porque al fin y al cabo el cine de terror actual que más nos deleita es aquel que sabe utilizar de manera inteligente los lugares comunes (véase Truco o Trato). Lo verdaderamente preocupante del guión de Amusement es que exige al público una benevolencia excesiva para pasar por alto sus numerosas inconsistencias.
Si bien la premisa ya está cogida con pinzas (la venganza de un perturbado contra tres chicas que no le supieron reír una broma macabra cuando iban al colegio), lo peor llega cuando se hacen demasiado evidentes los trucos que utiliza Wall para llevar los personajes de un lugar a otro, jugando con el espacio y el tiempo de un modo torpe e inverosímil, lo que nos lleva a preguntarnos en más de una ocasión cómo es posible que el villano se mueva tan rápido y sea capaz de jugar con tantas identidades distintas en lapsos de tiempo que no darían ni para cambiarse de peluca. Por no hablar de la manera caprichosa con la que se intentan tapar ciertos agujeros de guión. Este esfuerzo extra que pide al espectador se convierte en un lastre que pesa demasiado por momentos, pero que no termina de arruinar por completo la eficacia del diseño de producción, la aceptable labor del reparto y la estimable dirección de John Simpson, quien consigue momentos de considerable suspense en el episodio dedicado al payaso que ilustra la carátula. Lástima que todo termine con una voz en off que parece un pegote comparable al de Ladrón de bicicletas y que hace que nos caguemos otra vez en el guionista, justo antes de comenzar los créditos finales. A pesar de todo ello, si son completistas y fanáticos del cine de terror como un servidor, Amusement merece un vistazo.
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