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3 sept 2009

'Furia ciega'

(Blind fury. Philip Noyce. Estados Unidos. 1989. 83 minutos). Que el nombre del personaje apareciera escrito en los posters de Furia ciega en un tamaño tan grande como el del actor que lo interpretaba, un entonces ya decadente Rutger Hauer, evidenciaba las posibles intenciones de sus responsables: crear un héroe lo suficientemente carismático como para protagonizar una saga propia. Pero, al igual que ocurrió con Remo, algo falló, apenas recaudó dos millones y medio de dólares, y esta aventura de Nick Parker fue la primera y la última que vimos. No es de extrañar que fuera así, teniendo en cuenta que ninguno de los proyectos en los que Hauer encabezó el cartel como action hero fue un éxito rutilante: ni dirigido por Sam Peckinpah, ni cazando terroristas islámicos, practicando deportes postapocalípticos, jugando a Perseguido junto a Mimi Rogers o a Depredador 2 en Londres, consiguió llevar al cine más que a los pocos incondicionales que le quedaban de la época de Blade Runner (los de la etapa holandesa sólo fueron a verle cuando se reunió con Verhoeven, seguro), a los maravillados por Lady Halcón o a los que se acojonaron con Carretera al infierno. Bueno, y a Juan Manuel de Prada, que seguro que en 1989 ya era superfán y entraba en todas las categorías.

Pero a casi nadie agradó un Hauer que se pasaba de gracioso y simpático, practicaba la violencia sin gusto ni ensañamiento (su actitud es más o menos esta: "te voy a cortar por la mitad, sí, pero porque eres un hijoputa y me quieres matar, no porque disfrute con ello") y hacía de niñero del hijo de Mitch Buchannon. Tampoco ayudó que la máxima referencia que el público occidental tenía de un héroe invidente fuera Daredevil, con quien además de la ceguera y el don para las hostias no tenía mucho que ver Nick Parker. Años después, con mayor bagaje y más horas perdidas frente a la tele e internet, comprendemos mejor el chiste y vemos lo que Furia ciega es realmente: una traslación al Hollywood menor del personaje de Zatoichi con la estructura de una peripecia de Kozure Okami, en la que no hay carrito, pero sí ciego con katana y niño a cuestas perseguidos por un puñado de esbirros de mal carácter y peores intenciones. Aquí lo que falla es precisamente el malo, Noble Willingham haciendo de típico viejo que se paga la jubilación trafincando con drogas a gran escala, pero no sus secuaces, estos sí divertidos y carismáticos: Nick Cassavetes, Rick Overton y Randall 'Tex' Cobb son tres villanos over the top peligrosos pero torpes que potencian el tono hilarante de la película, hasta que llega Sho Kosugi y las cosas se ponen serias en los últimos minutos. Oh, cierto, no he hablado del argumento. Es irrelevante. Es Rutger Hauer ciego y con katana matando a un montón de malos. ¿No les basta con eso?

2 comentarios:

sergio dijo...

Pedro, ya sabes que celebro estas mudanzas de piel tuyas, que para algo es este un blog mutante y tal, pero, aunque sea mejor para la vista y el verde suave de la letra sea acertado, sigo opinando que los fondos negros son un asco, demasiado expandido en los blogs. A mí, si no me imitan el papel impreso, con sus tradicionales letra negras sobre fondo blanco, estaré siempre a disgusto con esa carencia.

Magnífica lista de pelis de culto que te estás marcando, aunque Al filo del abismo, en última instancia, haga cagar.

Pedro José Tena dijo...

Jajaja, bueno, ya dije que a Gleaming the cube le añado yo mucha carga sentimental...

Sobre el fondo negro o blanco, el negro es el que venía con esta plantilla por defecto. Como voy a trompicones y a ratos escribo y a ratos trasteo con el html y las opciones de diseño, todavía no me había puesto a mirar esos parámetros. Así es más legible, tienes razón.