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22 nov 2009

'Doomsday - El día del juicio'

(Doomsday. Neil Marshall. Reino Unido / EEUU / Sudáfrica / Alemania. 2008. 108 minutos). Anacrónica, espectacular, violenta y desconcertante son cuatro adjetivos que definen bien la tercera película de Neil Marshall. En el plano visual, sus fondos postapocalípticos pintados (digitalmente) en glorioso scope y el diseño de los títulos de crédito, además del hecho de que la protagonista sea una versión femenina y tecnificada de Snake Plissken, nos llevan al John Carpenter de 1997... Rescate en Nueva York y también al controlado (y reivindicable) caos de Fantasmas de Marte (mucho más cercana en espíritu y resultados a Doomsday que 28 días después o Resident Evil, con las que, por distintos y evidentes motivos, además de erróneos, es fácil comparar la cinta de Marshall), con esa sobreabundancia de efectos pirotécnicos y físicos que huyen de lo infográfico cuando pueden hacerlo y donde siempre va a prevalecer la eficacia del stuntman por encima del doble virtual. Sus secuencias de destrucción urbana y vandalismo post-punk nos llevan a Enzo G. Castellari y Mark L. Lester. Y es absolutamente inevitable pensar en George Miller cuando la película se lanza a la carretera y se produce una batalla sobre el asfalto entre un Bentley y un coche forrado con piel humana. Doomsday se convierte así en un catálogo de referencias pop de carácter anacrónico que anulan cualquier intento por parte del espectador de hallar en ella originalidad o, incluso, contemporaneidad, pero lejos está esa peculiaridad de convertirse en un estorbo para los que de verdad amen aquello a lo que se homenajea aquí.

Sí existe un serio problema a veces con el modo en el que Marshal plantea el montaje de las escenas de acción, anulando en ocasiones la fuerza de una espectacularidad que siempre está presente pero que por momentos tenemos que recrear mentalmente, componiendo con celeridad los fragmentos que la película escupe y que no siempre están bien ensamblados. Es una pena que tengamos que seguir diciendo esto de un buen porcentaje del cine de acción que se estrena de un tiempo a esta parte, pero Doomsday, lamentablemente, no es ninguna excepción en este sentido. No existe ningún problema, en cambio, para regocijarnos en una violencia plasmada frontalmente con la que Marshall, que es un tipo inteligente, se divierte: ver cómo una cabeza rebanada se acerca a toda leche hacia la pantalla que nos separa de la ficción y la golpea... cómo decirlo... mola. Y punto. El director se toma el producto tan a broma que plantea una performance de unos caníbales que escuchan a los Fine Young Cannibals antes de asar a una de sus presas en una pista de circo y repartirla en filetes entre la multitud. Lógicamente, después de esto cualquier intento de introducir algo de crítica social (los poderes políticos apartando a los infectados antes de caer víctimas de su arrogancia y esas cosas) resulta inútil.


Eso nos lleva a lo desconcertante: tenemos claro que la función de la película es rendir tributo a unos cuantos subgéneros que van de la infiltración militar estilo Aliens en la que los bichos son desaforados jóvenes caníbales a un clímax deficitario de Mad Max. Pero en medio de todo ello nos topamos con una parada en la Edad Media sin necesidad de máquina del tiempo que puede resultar incómoda y anticlimática, a pesar de contener en ella la secuencia en la que Rhona Mitra (pausa para el suspiro) se luce repartiendo tollinas y luciendo cuerpazo. No obstante, es encomiable que a Marshall se le ocurriera este episodio y finalmente tuviera las pelotas para filmarlo. Además en el segundo visionado de la película resulta menos incómodo una vez superada la sorpresa inicial. Ya veré qué me encuentro cuando la vea una tercera, una cuarta vez. Mientras tanto, seguiré rezando para que Rhona Mitra protagonice una secuela.



4 comentarios:

JUAN dijo...

Me encanto esta pelicula me dejo super soprendido!

No esperaba lo que vi , fue mucho mejor !

Un saludo tio

Pedro José Tena dijo...

Pues a mí la primera vez que la vi me dejó un poco frío, Juan. Y eso que la pillé con ganas y me la había comprado directamente, sin haberla visto antes (algo que no suelo hacer a menudo). Pero con el segundo visionado entendí mejor lo que quería hacer Marshall y ahí fue cuando de verdad disfruté.

Sergio Aguilar Molina dijo...

¡La película es una pasada! Tras leer tu crítica y atender a la recomendación de un amigo no pude luchar más contra la curiosidad y me decidí a verla. ¡Es genial!
Violencia futurista, salvaje, persecuciones, luchas... ¡la película parece un digno homenaje carpenteriano en toda regla! Y ya sabes que soy fan de Carpenter, incluso de su magnifica pero incomprendida Fantasmas de Marte.
Rhona Mitra está increíble en su papel de heroína imbatible, y no lo digo sólo por algunos espectaculares planos de su trasero... ¡es que borda el papel!
Las escenas medievales desentonan hasta que se convierten en una ocasión única para un auténtico combate de lucimiento de Rhona.
Ojalá hicieran más cine de este estilo, leñe, jejeje

Pedro José Tena dijo...

Me estoy topando con algunos comentarios tuyos que no había leído, Aguilar, como este.

Algún día se apreciarán los valores de Fantasmas de Marte y se le dejará de considerar un punto negativo en la filmografía de Carpenter.

Y, sí, sobre 'Doomsday', suscribo lo que dices: "Ojalá hicieran más cine de este estilo".