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18 jul 2010

'La noche del cometa'

(Night of the comet. Thom Eberhardt. Estados Unidos. 1984. 95 min.) Obra de culto venerada por los que nacimos entre mediados de los setenta y principios de los ochenta, pero incomprendida y ninguneada por casi todos los que vinieron después, La noche del cometa merece ser rememorada por algo más que por su funcionalidad como reclamo para  modernos que no saben deletrear Kelli Maroney, o que tienen como escena favorita aquella en la que las dos protagonistas bailan al son de un cover del Girls just wanna have fun. Petardeos y nostalgias aparte, La noche del cometa tiene una cualidad poco común: reunir elementos de muchos subgéneros y, al mismo tiempo, ser única en su especie. Que el título primigenio de la película fuera Teenage Mutant Horror Comet Zombies no es baladí, ya que resume de manera certera su espíritu aglutinador e irreverente, su voluntad de diversión desvergonzada anclada conscientemente en los parámetros de la serie b más imaginativa y aparentemente inofensiva. La premisa es bien sencilla: el paso cercano de un cometa provoca la extinción de la mayoría de los seres vivos del planeta Tierra, convirtiéndolos en cenizas o transformándolos en algo parecido a zombis antropófagos; sólo aquellos que durante la noche del cometa estaban dentro de recintos metálicos (sic) sobreviven a la debacle, entre ellos las hermanas Belmont (grandiosas Catherine Mary Stewart y Kelli Maroney), quienes deben encontrar a otros supervivientes para sentar las bases de una nueva era.

Leído así suena a oscura trama postapocalíptica, pero La noche del cometa arroja una idea brillante: después de la hecatombe, sigue siendo importante la diversión. Al fin y al cabo, los zombis no son demasiados y se les mata fácilmente (las chicas se las apañan de lujo con las armas y con el combate cuerpo a cuerpo ya que fueron entrenadas desde pequeñas por su padre, veterano de guerra). Esto fulmina cualquier expectativa que el espectador pueda hacerse de antemano en cuanto a los derroteros por los que debería transcurrir la trama. Hay un apocalipsis, sí. También hay zombis. Pero también hay toda una ciudad de la que las chicas se adueñan y en la que ya no existen (salvo en el final) normas de circulación, donde la ropa es gratis y se puede escuchar música en todas partes y a todo volumen sin molestar al vecino. La película se ve imbuida así de una frivolidad sólo equiparable a la que luego emplearían otros títulos esenciales como El regreso de los muertos vivientes o El terror llama a su puerta, sin que ello suponga en ningún momento un problema, sino más bien lo contrario. El aroma a episodio de Twilight Zone convertido en comic-book y trasladado luego al celuloide se completa con la aparición, en la segunda mitad de la cinta, de un equipo de científicos que pretende utilizar la sangre de los últimos supervivientes (especialmente niños) para crear un antídoto que frene la degeneración provocada por el cometa, pero no con el fin de curar a los más desprotegidos, sino a ellos mismos (hay que destacar lo mucho que recuerdan estéticamente, con símbolo incluido, a la posteriormente celebérrima Iniciativa Dharma de Lost). Esto introduce otro giro en la película que la lleva hacia los territorios del cine de acción, con escena de asalto y rescate incluida, con la peculiaridad de estar protagonizada por dos chicas de buen ver, una de ellas vestida de animadora, en lugar de por tíos cachas. Pero aún dentro de la fiesta, La noche del cometa se las apaña para introducir el mensaje: sus puyas hacia el poder, con esos chicos de almacén que se adueñan del centro comercial, o su negativa visión de aquellos que ostentan la capacidad material y el conocimiento para evitar la catástrofe, pero en cambio emplean esa superioridad para protegerse a sí mismos, no distan mucho de las parábolas políticas que  Romero introdujo en su saga zombi, estando planteadas incluso de manera más sutil y, mejor aún, más lúdica. Y, para colmo, es posiblemente la película navideña que menos parece una película navideña de las que se hayan filmado jamás.

Consciente de lo mucho que ha crecido la valoración de la película a lo largo de los años, Kelli Maroney intentó producir una secuela en 2005 que no llegó a concretarse por motivos contractuales. Pero no les extrañe si en cualquier momento se anuncia un remake... Mientras tanto, pueden adentrarse más en el universo Night of the Comet pulsando aquí

4 comentarios:

Vida putesca y sin Zombis dijo...

Joder, qué recuerdos, sólo el volver a leer sobre esta peliculilla ochentera me ha llenado los pulmones del "celebro" de olvidadísimos aromas de videoclub de barrio y cinefagia noctámbula. Qué putada y qué coñazo hacerse mayor, la verdad.

Saludos.

Pedro José Tena dijo...

Es una putada y un coñazo, sí, pero es peor no llegar a viejos. Lo ideal es envejecer con dignidad, como las buenas pelis. Como 'La noche del cometa'. :)

El Fantasma de la Ópera dijo...

Q pasada de peli me acuerdo de verla cuando era un ñajo y ahora la e vuelto a ver otra vez,buen comentario de la peicula fenomeno.
Ya q estoy aki me gustaria comentarte sobre una pelicula,a ver si me podrias ayudar,la pelicula,trataba si mal no recuerdo sobre una especie de "cosa" q llega del espacio y se mete dentro del cuerpo de una chica joven,la tipica chica fea q se meten con ella en el instituto,despues de q esta "cosa" se introduzca en su cuerpo,acaba siendo una mujer explosiva q lleva de culo a todos los tios del instituto y se q habia una escena q se lleva a uno de esos chicos a la cama y haciendo sexo lo convierte en un esqueleto.
Hace mil años q busco esta pelicula pero no hay manera de acordarme del titulo,si me pudieses ayudar te estaria muy agradecido.

Pedro José Tena dijo...

Hola, Fantasma de la Ópera. Por lo que me cuentas, la película podría ser 'Mi novia es un diablo', aunque no estoy seguro. Te dejo el trailer:

http://www.youtube.com/watch?v=tPWOArSzAg0

Y perdón por tardar en contestar. ;)