Buscador

17 jul 2010

Nuevo refugio


Ahora que parece que el verano cinematográfico se anima y que he recuperado también las ganas de ver cine en casa, este artículo que escribí hace apenas un mes para Crónicas de un Pueblo me resulta demasiado antiguo. Su utilidad como reflejo de mi ocasional volubilidad es, no obstante, incuestionable. 


PERDIDOS acabó y dejó tras de sí un panorama desolador lleno de idiocia e incomprensión que puso en evidencia la falta de entendederas de muchos, no tanto de los que se sintieron disgustados por el final (que tienen todo el derecho de indignarse al no hallar las respuestas que esperaban) como de los que no se enteraron absolutamente de NADA (empezando por Ana García Siñeriz y sus colaboradores en la tertulia posterior al último capítulo emitido en Cuatro, donde se alcanzaron unas cimas de estulticia estratosféricas). La conclusión de PERDIDOS dejó claro que durante seis temporadas el público se estuvo haciendo las preguntas equivocadas, dejándose llevar por los giros de guión y una sabia estrategia de falsas pistas y cebos que desviaban la atención sobre lo que de verdad se les estaba contando. Pero PERDIDOS acabó del mejor modo en que podía hacerlo: cerrando la historia de los protagonistas y dejando abiertas las posibilidades de la isla.
Con esto acabado y ante la desesperante mediocridad de una cartelera actual llena de títulos que me cansan antes de empezar a verlos, he acabado encontrando un nuevo refugio audiovisual proveniente de la televisión: THE BIG BANG THEORY. Actualmente en su tercera temporada y maltratada por Antena 3 relegándola al horario infantil, la serie creada por Chuck Lorre (responsable de otras genialidades como MI IDENTIDAD SECRETA  o DOS HOMBRES Y MEDIO) presenta las andanzas cotidianas de un grupo de físicos y su vecina aspirante a actriz en píldoras fácilmente digeribles de veinte minutos, apabullándonos con mil y una referencias al mundo geek, término que define a personas obsesionadas con la tecnología y el conocimiento enciclopédico de cultura de derribo (los cómics, los videojuegos o el cine de serie b).  La premisa de los episodios suele ser, por un lado, la incapacidad de tres de los protagonistas (Leonard, Howard, Koothrappali, cada uno por motivos distintos) para relacionarse de manera convencional con las mujeres, representadas por el personaje de Penny, suerte de objeto de deseo y contrapunto, digamos, normal al hermético mundo por el que se mueven los demás personajes; por otro lado, aunque dentro del mismo microcosmos y adueñándose progresivamente del show, está Sheldon Cooper, uno de los personajes más fascinantes al mismo tiempo que irritantes y cómicos que puede haber dado la ficción reciente, un tipo que necesita sentarse siempre en el mismo lado del sofá, que clasifica los cereales según su tránsito intestinal y que parece incapaz de sentir cualquier atisbo de empatía o calidez emocional hacia ningún ser humano. Su reacción cuando recibe como regalo de Penny un pañuelo firmado por Leonard Nimoy (el Spock de STAR TREK) me provocó una de las mejores carcajadas que recuerdo en los últimos meses.
Para cuando termine con THE BIG BANG THEORY ya tengo dos objetivos a la vista: FLIGHT OF THE CONCHORDS y la también mal emitida por televisión CÓMO CONOCÍ A VUESTRA MADRE. El episodio 13 de la primera temporada de ésta vale por sí mismo su duración en oro, que es un tercio menos que la de cualquier película que esté en los cines ahora mismo…. 

No hay comentarios: