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23 ene 2008

'El cuchitril de Joe'

(Joe's apartment. John Payson. EEUU, 1996. 76 minutos). ¿Una comedia producida por la MTV con el protagonista de Mi identidad secreta y con números musicales interpretados por cucarachas parlantes? Eso tenía que verlo sí o sí, aunque haya tardado más de una década en toparme finalmente con esta cinta que me llamó la atención desde que vi su carátula en alguna videoguía de esas que mandaban por correo y que, sin haberme molestado tampoco en buscarla, había querido ver desde entonces. No voy a decir que después de su visionado esté pensando en montar un circo de cucarachas, hoy desgraciadamente las pelis no me marcan tanto como para sentir esos arrebatos (como cuando quise construir un robot con la chatarra que me iba encontrando tras ver cómo los protas de Exploradores se montaban una nave espacial con un cubo de la basura y cuatro latas más... ya que pensaba que hacer un robot sería menos complicado que eso), pero sí les digo que la peli ha entrado ya dentro de mi lista de comedias locas favoritas de los 90 junto a Cabezas huecas, cualquiera de las dos de Bill & Ted o las menos conocidas CB4 y El gran lío.

Basándose en un cortometraje propio realizado para la MTV, que pueden ver pulsando aquí, y apoyándose en el buen trabajo que hicieron los de Blue Sky Studios (luego responsables de Ice Age) a la hora de animar las cucarachas infográfricas, John Payson retoma íntegra la secuencia que había filmado previamente y construye a su alrededor una película que ya no sólo se ocupa de plasmar esa incómoda situación de invitar a una chica a casa y descubrir demasiado tarde que has dejado los calzoncillos en un lugar visible, sino que introduce también otros detalles que no por estar tratados de manera leve merecen ser obviados: el chico de pueblo perdido en la urbe (como si se tratara de una versión amable de lo que le ocurre a la protagonista de la sequísima Ángel de venganza de Abel Ferrara, a Joe le roban tres veces seguidas nada más bajarse del autobús), la especulación inmobiliaria (representada por un magnate que lleva ropa interior femenina bajo su elegante smoking, quien quiere derribar el costroso edificio en el que se aloja el protagonista para construir en el terreno la cárcel más grande de Estados Unidos), la penosa vida de los que se dejan llevar por su voluntariosa creatividad (ese artista que pasa más de dos días tirado en una calle cubierto de sangre falsa esperando a que alguien intente ayudarle o preocuparse por él: sólo alguien de fuera de la ciudad sería incapaz de ignorarle)... Pero sobre todo, El cuchitril de Joe, dentro de su disfraz de experimento disparatado y posmoderno, habla del angst postadolescente, de esa situación crítica en la que termina tu periodo de pruebas y comienza el mundo real, en el que descubres que un título universitario por sí mismo no te da carta blanca para nada, en el que aprendes que los trabajos bellos sólo existen para algunos y que incluso los feos son difíciles de conseguir, en el que la palabra emancipación suele llevar connotaciones utópicas, y en el que el término amor sigue siendo únicamente un conjunto de letras del que no terminas muy bien de comprender su significado porque parece escrito para otros.

Pero, un momento, no se me asusten: El cuchitril de Joe no es una cinta de vocación deprimente, por mucho que en algunas de sus ideas se deslice ese deje amargo bajo su socarronería. Y es posible que parte de estos mensajes oscuros los potencie yo mismo debido a una situación personal no precisamente halagüeña (esta frase se la dedico a esa gente que piensa que siempre escribo con la intención de hacer llorar a mis lectores, con cariño y eso), así que probablemente los que no hayan visto la película lo único que quieren saber es si se lo pasarán bien viéndola. La respuesta es sí. A las tribulaciones de Joe por conseguir sus objetivos de madurez e independencia, ya de por sí desafíos suficientes para cualquiera, hay que añadir el hecho de que sea perseguido por un par de matones de poca monta que intentan hacerle abandonar el piso (que adquiere de una manera milagrosa) y de que se vea obligado a hacer algo sucio para conquistar a la mujer de la que se ha enamorado: recoger mierda (desde luego, Payson no es el rey de la sutileza, ni en conceptos ni en el acabado totalmente videoclipero del conjunto... algo que a mí no me molesta en absoluto). Por otra parte, sólo por ver a los bichos en acción ya merece la pena ver la película. Esos números musicales llenos de suciedad y armonía me han conquistado. Termino esta reseña presentándoles mi performance favorita de toda la cinta, primero con la intención de que se hagan una idea de lo que van a encontrar en esta hora y cuarto si se deciden a ver el show completo y aún no lo conocen, y segundo, para darles el último empujón, ya definitivo, hacia el deseo de hacerlo. Habrá quien piense que El cuchitril de Joe no es más que un videoclip con cucarachas cantarinas de 75 minutos. Pues qué quieren que les diga... a mí me parece el mejor videoclip con cucarachas cantarinas que podría hacerse.

7 comentarios:

Milgrom dijo...

Y una gran fuente de inspiración para Monteys y su personaje Tato, que se publican en esa penosa revista llamada como un día de la semana.

Anónimo dijo...

Muy cierto Milgrom.
Y Pedro, ya sabes lo que opino yo sobre este film. Pero es cierto que al contrario que tú, yo vi esta peli en su momento. Unos tiempos en los que por ser zagal no era menos pedante y repugnante...si, como esa gente que ya conoces. Luego, de adulto, empecé a disfrutar con cosas tipo Zoolander o El reportero...igual ahora la disfruto y todo.
Por cierto, espero tu reseña de Los crímenes....

estanli cuvric dijo...

Yo también vi este flin en su momento.
La verdad es que después de la impresión inicial de ver a las cucarachas musicales, la película se me hacía un poco aburrida.
La idea es buena para un corto -el corto en el que se basa- pero la peli está estirada sin remilgos (o al menos así lo recuerdo yo).
Cabezas Huecas es, sin duda alguna, una obra muy superior. Con esta sí que me deshuevé agusto.

José Viruete dijo...

Jajaja, a mí sí que me gusta esta peli, y me pasaba como a ti: ¡es el tío de Mi doble identidad! Hace mucho que no la veo pero recuerdo que sí me pareció divertida. Buenísimas, pero buenísima de verdad, la referencia a Angel de Venganza, que paralelismo!

Anónimo dijo...

Muy buena peli si señor . Yo la vi hace unos seis o siete años por casualidad y me gusto mucho . Creo recordar que las cucarachas eran bastante cabronas ,jeje

A.J. dijo...

Pues a mi se me hace interesante verla...no la conocia, ni siquiera las otras q citas (cabeza hueca quiero verla tb), asi q pronto la buscare y vere q tal (la mtv tiene sus pelis curiosas en los 90), ademas es cortita

Pedro José Tena dijo...

MILGROM, debería leer más El Jueves para entender a la perfección la comparación que has hecho, pero me hago una idea.

BORJA, al hacerte adulto has empezado a aprender a disfrutar de las cosas sencillas. Debiste ser un cabronazo pedante de cuidado cuando ibas a la escuela, jejeje. Suerte que te he conocido ya de mayor.

ESTANLI, 'Cabezas huecas' es superior, claramente. Pero no estoy de acuerdo en que 'El apartamento de Joe' se haga aburrida. A mí no se me hizo larga para nada.

VIRU, fuiste otro afectado por 'Mi identidad secreta', ¿eh? Esa serie me tuvo bastante enganchado en su momento. Lo de la comparación con 'Ángel de venganza' realmente no tiene mucho mérito: tengo constantemente esa peli en la cabeza.

THE MAN, las cucarachas parecían muy cabronas, pero en el fondo tenían su corazón y todo. Además, respetaban en parte al protagonista ya que sabían que no se iban a encontrar con otro humano con el que pudieran vivir tan a gusto.

A.J., si tienes que elegir entre una de las dos te diría que buscaras antes 'Cabezas huecas', pero no te olvides de las cucarachas.