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20 mar 2011

'Rango'

(Rango. Gore Verbinski. Estados Unidos. 2011. 107 minutos) Siendo Un ratoncito duro de roer (MouseHunt. 1997) y The Mexican (2001) las dos únicas películas de Gore Verbinski que me habían gustado hasta el momento, sentía curiosidad por saber qué habría hecho el director al mezclar los elementos que mejor funcionaron en aquellas dos: por un lado la animación, que era el punto fuerte de esa versión ratonil de Sólo en casa (Home alone. 1990) en la que un roedor animado no quería abandonar su hogar y hacía todo lo posible por impedirlo, y por otro lado el homenaje al Western, especialmente en versión Spaghetti, que se dejaba ver en los mejores momentos de aquella road-movie protagonizada por Brad Pitt, Julia Roberts y James Gandolfini. El resultado ha sido satisfactorio: Rango se erige fácilmente, y a falta de ver El hombre del tiempo (The weather man. 2005), como mi película favorita de Verbinski, por lo bien que aúna ambos elementos al ser capaz de conjugar una animación brillante (obra de Industrial Light & Magic) y un cariño por las películas del Oeste que a cualquiera que ame el género (y, advierto, yo no soy especialmente seguidor del mismo) le puede llevar a detectar decenas de referencias a otras películas y, sobre todo, a una estructura que Rango respeta al pie de la letra. Así, y tras un prólogo en el cual se define estupendamente bien al personaje, nos vemos de repente dentro de un Western canónico que sigue las reglas básicas en su argumento (el forastero que llega a un pueblo donde hay un problema que solucionar, su presentación en el Saloon, la presencia de una amenaza en principio invisible, etc.) y también, sorprendentemente, en sus formas (los escenarios, la fotografía, las texturas, la composición de los planos... todo podría pertenecer a un Western real si cambiasemos los personajes animados por humanos).   

LO MEJOR: Sus escenas de acción y su tratamiento adulto.
LO PEOR: Algún bajón de ritmo debido a su larga duración.
Quizá lo más inesperado es que Rango tampoco se aparta de otros rasgos característicos del género, como son la violencia y un humor tendente a lo oscuro. No es que aquí aparezcan masacres sangrientas durante las ocasionales (y algunas de ellas excelentes) escenas de acción, pero, desde luego, algunos padres que lleven a sus retoños a ver la película esperando encontrarse con un inocente divertimento infantil, que es como se ha vendido, se sentirán contrariados ante la naturalidad con la que mueren algunos personajes, con la que se utilizan palabras como "escroto" o con la que se deslizan inocentes, pero evidentes, alusiones sexuales. Mientras tanto, es muy probable que la gran mayoría de críos que miren la cinta no tengan ni pajolera idea de quién es Shakespeare, de quién es ese señor que aparece al final como El Espíritu del Oeste ni de por qué algunos adultos se ríen cuando, en los primeros minutos, el protagonista se estrella contra la luna de un coche conducido por Hunter S. Thompson, que no es otro que el periodista y escritor a quien dio vida el mismo Johnny Depp en Miedo y asco en Las Vegas (Fear and loathing in Las Vegas. 1998). Tampoco se asusten, Rango no es una cinta exclusivamente para adultos, puede resultar entretenida para cualquiera, independientemente de que se conozcan sus referentes o no (aunque resulta obvio que será más satisfactoria para los que tengan conocimientos más precisos sobre la historia y la mecánica del Western), pero sí que es un buen ejemplo de hasta qué punto comienza a resultar desfasada esa vieja asociación de ideas según la cual la animación es cosa de niños. 

2 comentarios:

Ibán dijo...

Un punto turbio sí que tiene, sí

Pedro José Tena dijo...

Aunque no sea muy pronunciado, sí que lo tiene Ibán.

Otro rasgo que la aparta un poco de las convenciones del cine de animación, al menos del occidental, es que su duración está por encima de la media. Eso también puede jugar en su contra de cara a conquistar al público infantil, ya que los niños no suelen tener tan desarrollada la capacidad de atención. De todos modos parece que está funcionando bien en taquilla (lleva 164 millones recaudados en todo el mundo), pero de eso también tiene mucha culpa el precio de las entradas en 3D y el tirón de Johnny Depp, aunque aquí sea un lagarto.