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23 mar 2006

'Destino final 3'

(Final destination 3. James Wong. Estados Unidos. 2006. 93 min.) Menos de una semana después de haber visto Destino Final 3, me doy cuenta de algo que ya intuí en la sala de cine: a diferencia de las dos anteriores entregas, aquí no hay nada que me haya dejado huella. Sin la originalidad de Destino Final y sin la espectacularidad de Destino Final 2, esta tercera parte se convierte en una mera repetición de situaciones con el único objetivo de continuar haciendo caja con el mismo pretexto que se usaba en las películas precedentes: jóvenes y bellos cuerpos mutilados de la manera más llamativa posible.

Si ya se puede dudar de la inteligencia o el buen gusto de alguien que paga por ver lo mismo por tercera vez (y en ese grupo se incluye un servidor, que probablemente volvería a pasar por caja ante un hipotético Destino Final 4... ¡y es que me apasionan las sagas terroríficas!) hay que hacer algo para que este público se sienta superior a los actores que ve en pantalla. La solución: unos personajes estúpidos, totalmente incompetentes y que, en la mayoría de las ocasiones, La Muerte no tendría que haber intervenido directamente en sus defunciones, ya que de todos modos en un momento u otro hubieran muerto súbitamente por falta de riego en el cerebro. Hablando en plata, en esta entrega da la sensación de que los personajes se mueren porque son gilipollas y no porque intervenga ninguna fuerza sobrenatural en la tragedia. Casi que no hacía falta.Pero, por otro lado, y sabiendo ya en qué parámetros va a discurrir la cinta, tampoco es muy necesario crear personajes interesantes o mínimamente simpáticos para el público porque sabemos que van a morir todos. Es más, queremos que todos mueran, y a ser posible de la forma más salvaje.

A estas alturas, también sabemos que el plato fuerte de la función (anulando la típica estructura de crescendo dramático que predomina en cualquier género, pero especialmente en el de terror/acción/suspense) serán los primeros 10 minutos de metraje, en los que se ubica la (ya típica) visión de uno de los personajes principales en la que vislumbra cómo todos van a morir de un modo horrible en unos segundos. Si la escena del aeropuerto de Destino Final destacaba por su suspense y por constituir una sopresa que hizo que parte del público comentara la secuencia con risas nerviosas antes de coger un avión (y esto lo viví personalmente en verano de 2000, cuando hacía poco que se había estrenado la película y estaba a punto de subir en un avión por primera vez en mi vida, destino Newcastle), y la secuencia de la autopista de Destino Final 2 se convirtió en uno de los momentos más espectaculares que jamás se han visto en una cinta de terror (no hablamos de cine de acción, aunque la citada escena supera a algunas similares de ciertas superproducciones), en Destino Final 3 este momento álgido se produce en una montaña rusa. No se si casual o intencionadamente, el lugar elegido esta vez es muy significativo del tono que ha adquirido ya la saga: el de divertimento puro y duro, con violencia de dibujo animado (es gore inofensivo) y personajes sin más inquietud que la del ocio. Aquí no mueren en viaje de fin de estudios, en accidentes caseros o al salir del dentisa; lo hacen en gimnasios, en salas de rayos uva, en autoservicios de comida rápida... Sólo una excepción: la muerte con la pistola de clavos que le sucede a una de las chicas de la peli en su lugar de trabajo. Apenas intervienen adultos en la trama, todos son adolescentes (interpretados por gente diez años mayor que sus personajes...) arquetípicos: las pijas, la niña buena, los góticos, el afroamericano cachas, etc.

Ah, por cierto, no hagáis caso a las declaraciones de James Wong y Glen Morgan, los máximos responsables de esta cinta (y de la que inició la serie): no hay novedades. Quizá lo único que han añadido es que se pueda predecir el modo en el que morirán los personajes a través de las fotografías que les tomaron antes del percance en el parque de atracciones. Pero esto ya estaba en La Profecía (The Omen)


Publicado originalmente en (ex)Tierra de Cinéfagos. Notas desde el futuro: A pesar de lo que dije en esta reseña, cuando Destino final 4 llegó a las pantallas no hice ningún esfuerzo por verla, ni siquiera con el reclamo del 3D. Supongo que me voy haciendo viejo. 

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