Buscador

30 mar 2006

'Memories of murder (Crónica de un asesino en serie)'

(Salinui chueok. Bong Joon-ho. Corea del Sur. 2003. 130 min.) Si hace unos años dirigíamos nuestra mirada a Hong Kong y a Japón cuando pretendíamos encontrar una revolución cinematográfica que nos liberase de las convenciones del cine occidental, ahora parece ser Corea del Sur el centro neurálgico de una serie de propuestas que derrochan calidad y carisma. Eso sin olvidar el resto de filmografías orientales (incluyendo al característico estilo Bollywoodiense) y sin dejar de tener en cuenta a los países anteriormente citados como generadores de imágenes de fuerte poder hipnótico, revulsivo y poético.

Después de ofertas arriesgadas como las cintas de Kim Ki-duk, y de espectaculares thrillers estrenados en DVD como Shiri y Nowhere to hide (y antes de conocer a esa apisonadora audiovisual que responde al nombre de Park Chan-wook), hace un par de años recibimos con entusiasmo la segunda película del joven cineasta Bong Joon-ho, Memories of murder, con la que ganó la Concha de Plata en su paso por el Festival de Cine de San Sebastián.

Conocida también con el subtítulo de Crónica de un asesino en serie, Memories of murder es un largometraje centrado en la investigación que mantuvo en jaque a la policía de Corea del Sur a partir de 1986, cuando comenzó a aparecer una serie de cadáveres de mujeres que apuntaban a la existencia de un asesino en serie que actuaba en un entorno rural.

Pero no es "otra más" de ese subgénero en el que policías y asesino entran en una espiral de acciones/reacciones provocadas por explícitos actos de violencia. Quizá lo más peculiar de esta cinta sea el hecho de que los crímenes no aparecen en su totalidad, jugando a la elipsis y al desconcierto. El director prefiere retratar en su lugar las dificultades y relaciones laborales de un cuerpo de policía a medio camino entre la corrupción y la ineptitud, entre la falta de medios y la carencia de habilidades (no son Horatio ni Grissom, ni mucho menos...). Por lo tanto, los que esperen un thriller dinámico, con acción y sangre a borbotones quizá terminen algo decepcionados, al comprobar cómo pasan los minutos sin una profusión excesiva de escenas impactantes o trepidantes. No obstante, es imposible no dejarse arrastrar por la fluida narración de Bong Joon-ho, con momentos muy duros como la escena de la autopsia, pinceladas de humor negro y secuencias que rozan el puro terror psicológico.

Tampoco saldrán con buen sabor de boca los que busquen una resolución convencional y satisfactoria. Lejos de acabar con fuegos de artificio, con un superclímax atronador (aunque para mí esa escena en la vía del tren bien vale su minutaje en oro) y con toda la trama resuelta para contentar a la galería, el director se ajusta a la realidad y nos manda un mensaje aterrador: cualquiera de nosotros puede ser un asesino.

Quizá consciente de que el thriller policial está muy trillado y que necesita de nuevos elementos para atraer la atención del público, Bong Joon-ho utiliza una amalgama de estilos que hace bastante difícil encuadrar a esta película dentro de una única categoría. Estamos ante uno de esos aislados y afortunados casos en los que un largometraje consigue mezclar escenas de géneros tan dispares como el terror (inolvidable la secuencia con el asesino agazapado esperando a su víctima en mitad del campo) o la comedia más cafre (los "curiosos" métodos de interrogación policiales, con uno de los agentes lanzándose contra los sospechosos y sonsacándoles información a base de patadas voladoras) sin que chirríe el conjunto. Así que, como estaréis pensando, Memories of murder es una película abierta, heterodoxa, fuera de lo común, y quizá necesite un público con las mismas características para que sea apreciada en su justa medida... Es una cinta arriesgada, formalmente impecable, con una atmósfera malsana que se introduce en medio de unos paisajes que invitan a la calma y los corrompe, con un ritmo pausado en el que se integran momentáneos destellos de acción y violencia no apta para todos los públicos. Es, en definitiva, algo muy cercano a lo que podríamos llamar obra maestra.


Publicado originalmente en (ex)Tierra de Cinéfagos. Notas desde el futuro: Finalmente el boom surcoreano remitió y todo se quedó en un puñado de buenos títulos y mucha fusca lacrimógena cortada por el mismo patrón. Pero eso no puede restarle méritos a esta genial película de recomendación inevitable.  

No hay comentarios: