Buscador

5 mar 2006

'Vuelo nocturno'

(Red eye. Wes Craven. Estados Unidos. 2005. 81 minutos) Los que amamos el cine de una manera especial somos bastante difíciles de sorprender en cuanto a que, antes de ver cualquier película, solemos leer una información previa o ver avances que nos desvelan en buena parte lo que vamos a ver. Es decir, que si sois como un servidor y leéis todas las revistas de cine que podéis, buscáis tráilers en internet y ojeáis críticas por doquier, es muy fácil que antes de ver cualquier cinta ya tengáis una idea más o menos formada de lo que tratará el argumento, de las escenas más impactantes, etc. Esto mata parte de la magia que sentía cuando era pequeño y al despertarme me encontraba en casa con un par de películas alquiladas que me sentaba a disfrutar, sin saber absolutamente nada de lo que me iba a encontrar. Hoy, a no ser que se trate de algún largometraje que se cruce en mi camino en alguna noche de insomnio frente al televisor, conozco bastante bien lo que voy a ver antes de hacerlo. Y de vez en cuando te encuentras con películas de las que desearías no haber sabido nada, enfrentarte a ella totalmente virgen y, como me dijo un amigo, "dejar que te follen por todas partes".

Vuelo Nocturno es uno de esos casos en los que me hubiera gustado ignorar cualquier aspecto de la trama para poder haberla disfrutado más. Recuerdo la primera vez que vi el tráiler de esta cinta en una sala de cine: empezaba como si del avance de una comedia romántica se tratara, y así seguía hasta casi el mismo final, cuando nos era desvelado que se trataba de una peli de Wes Craven y que algo extraño ocurría dentro de un avión. Ese factor sorpresa, ese modo en que estaba planteado el tráiler, me hizo pensar que en ocasiones sí que es cierto que la ignorancia da la felicidad, y que los que no hubieran visto el tráiler y esos espectadores pasivos a los que los cinéfagos activos les "obligamos" a ver determinadas películas iban a disfrutarla más que nosotros.

Así, no voy a contar absolutamente nada de su argumento, aunque es una pena que por el comienzo que tiene la cinta uno ya pueda intuir perfectamente que está ante un thriller. Como esto se trata al fin y al cabo de una producción de la DreamWorks que hay que vender como sea, es comprensible que los responsables de la película no hayan podido jugar más con el suspense y la desorientación del público, pero aún así el que hay es suficiente como para colocar a Vuelo Nocturno al lado de otras recientes muestras de la intriga y la tensión de argumento minimalista, de la que agarra a los personajes y al público de las amígdalas en sus primeros minutos para no soltarles hasta el final, como Última llamada o Cellular.

Pero el hecho de no hablar de su trama no va a impedir que destaque sus aciertos: sus actores tienen carisma y son relativamente desconocidos para el gran público (con lo que es más fácil sentir a los personajes que a los actores que hay detrás de ellos); a pesar de la escasez de escenarios, la planificación está tan bien resuelta que no llega a agotar al espectador (una planificación que se apoya en algunos trucos bastante obvios, como el hecho de que los rostros de los protagonistas estén constantemente bien iluminados dentro del avión, y los del resto de los pasajeros no...); se juega con la elipsis y los secretos para la audiencia, lo cual siempre está bien en este tipo de cintas, en las que uno no debería saber más de la cuenta (aunque Hitchcock no siempre opinaba lo mismo y construía el suspense de una manera distinta e impecable... dándole al público una información que no tenían sus personajes); y algo que a un servidor siempre le ha gustado y que suele darle a cualquier largometraje el apelativo de "menor": no llega a los ochenta minutos de duración si le restamos los títulos de crédito finales, y esto es algo que impide que exista un plano de más, demostrando Craven una economía narrativa más que apreciable y muy agradecida cuando el hilo argumental es tan fino como el de esta película.

Hablando de Craven... parece que a este hombre siempre le gusta terminar sus películas de la misma manera: un enfrentamiento físico entre el bien y el mal, con el héroe o la heroína ganando en el último segundo y no pocas veces con ayuda de alguien más. Este sería el aspecto menos acertado de todo el conjunto, como ya se ha repetido en algunas críticas que he leído al respecto de esta película. A pesar de este pequeño fallo (que no lo es tanto, porque al menos hay un par de planos bastante espectaculares en el clímax final), Vuelo Nocturno es una de las cintas de puro entretenimiento más efectivas y atractivas que he visto últimamente, un buen ejemplo de cómo hacer una película modesta y sencilla pero que al mismo tiempo no ofenda a la inteligencia de nadie (salvo en alguna escena de dudosa credibilidad, como la de la huída del aeropuerto). En este caso, es cierto aquello de "menos es más".


Publicado originalmente en Natural High. Notas desde el futuro: Vuelo nocturno es una prueba más de que el peor enemigo de Wes Craven es el mismo Wes Craven, un tipo capaz de estropear lo más interesante de sus películas con conclusiones fuera de tono. 

No hay comentarios: