Buscador

18 oct 2011

'Sin salida'

(Abduction. John Singleton. Estados Unidos. 2011. 106 minutos) Taylor Lautner debe ser uno de los personajes más odiados actualmente sobre el planeta Tierra. Y todo porque tuvo la suerte de ser elegido para interpretar el papel de Jacob Black en la saga Crepúsculo y, de ese modo, convertirse en un ídolo de masas entre el público adolescente. Entiendo que algunos le puedan coger manía por estar sobreexpuesto a los medios, porque no les guste cómo actúe, porque no aguanten las películas por las que se ha hecho famoso... pero de ahí al odio hay un paso que nadie inteligente debería dar. El odio, además de desgastar demasiadas energías, no hace otra cosa que generar prejuicios y apreciaciones parciales. Eso es más o menos lo que ha sucedido con Sin salida, película que ha sido atacada constantemente desde que se vio su primer cartel y apareció su primer tráiler y que, en contra de lo que muchos predican (más por ceguera que por justicia), resulta un entretenimiento nada desdeñable que no habría generado tan malas opiniones de no haber sido protagonizado por alguien tan odiado por el público masculino heterosexual que ha dejado atrás la adolescencia. Ese mismo público que añora lo bien que se lo pasaba en su día con Fuera de límites (Out of bounds. Richard Tuggle, 1986), Espías sin identidad (Little Nikita. Richard Benjamin, 1988), Agente juvenil (If looks could kill. William Dear, 1991) o Run, perseguido por todos (Run. Geoff Burrowes, 1991), cuando su masculinidad no se veía amenazada por la presencia de Anthony Michael Hall, River Phoenix, Richard Grieco y Patrick Dempsey, todos ellos jóvenes metidos en tramas de persecución, acción y/o espionaje en las películas citadas. Soy consciente de la posible inutilidad de esta entrada: lo más probable es que no consiga destruir las reservas de ningún hater de Taylor Lautner y que incluso se entienda que estoy haciendo una defensa apasionada del muchacho, pero no es esa mi intención.  

LO MEJOR: Tiene el ritmo adecuado para no resultar aburri-
da en ningún momento.
LO PEOR: Que los fans del cine de acción no le den una
oportunidad sólo por estar protagonizada por "el lobo de
Crepúsculo"
.
Es un error pensar que Lautner se ha subido al carro del cine de acción sin haber mostrado antes cierta predilección por él. Han de saber que, incluso antes de The adventures of Sharkboy and Lavagirl (Robert Rodriguez, 2005), Lautner ya había hecho su primera aparición frente a las cámaras en la película de artes marciales Shadow Fury (Makoto Yokohama, 2001), donde ya ofrecía una temprana muestra de su talento para las coreografías de lucha. Así, el hecho de que el joven haya escogido una película de acción como su primer vehículo de lucimiento exclusivo es plenamente coherente con sus inicios como campeón infantil de Karate. Además, ha demostrado cierto nivel de inteligencia al dejarse arropar por un equipo de profesionales solventes como las actrices Sigourney Weaver o Maria Bello, el actor Alfred Molina o el director John Singleton, quien con Sin salida vuelve a demostrar que con él tampoco van los prejuicios. Cada vez más cómodo como asalariado de los grandes estudios, Singleton ha dejado atrás su reputación de autor (recuerden que fue nominado al Oscar como Mejor Director por su debut en 1991, Los chicos del barrio - Boyz 'n the hood) y se ha convertido en un eficaz artesano gracias a títulos de pura evasión como Shaft: The Return (Shaft. 2000), 2 fast 2 furious (2003) o Cuatro hermanos (Four brothers. 2005). Esa eficiencia como narrador de thrillers de corte clásico la vuelve a ejecutar en Sin salida, producto prefabricado y previsible de soluciones argumentales caprichosas que acaba convirtiéndose en un artefacto disfrutable gracias a su falta de pretensiones, a su ritmo incesante y a sus ocasionales set-pieces de acción, sencillas y poco espectaculares, pero bien dosificadas y filmadas con buen gusto y claridad (dentro de los parámetros del cine norteamericano, eso sí). Es evidente que estamos ante un título concebido para afianzar el estatus de estrella de Taylor Lautner en Hollywood (o, al menos, intentarlo... porque la taquilla no ha respondido demasiado bien que digamos), contentar a las fans con los inevitables momentos en los que el protagonista se quita la camiseta (algo que, ojo, ya pasaba en casi todas las películas de Bruce Lee y Van Damme...) y distraer al público sin dejarle pensar demasiado en la cantidad de casualidades que hay en su argumento. Pero, con eso y todo, Sin salida es más honesta que otras películas con las que se la está comparando a la ligera, es muy consciente de su condición de producto derivativo y al servicio de su estrella y, por eso, resulta estimulante como cinta de acción de serie B facturada con un presupuesto moderado cuya máxima ambición es la de entretener.

No hay comentarios: