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17 feb 2006

'Secretos de familia'

(Keeping mum. Niall Johnson. Reino Unido. 2005. 103 min.) Los que seguís de manera más o menos habitual este blog, os habréis fijado en un detalle: no suelo ver comedias. No es que tenga nada en particular contra el género, el problema es que me cuesta encontrar alguna muestra de este género que me atraiga lo suficiente como para ponerme a verla. Para mí (y que me perdonen los fans de la comedia por lo que voy a decir) la comedia, sobretodo la que se hace en la actualidad, es en cierta manera un género de usar y tirar, en el sentido de que cuando veo alguna pocas veces la repito. Aunque, por otro lado, también es cierto que entre mis películas favoritas (o las que más veces he visto) también aparecen algunas obras cómicas: Los tres amigos, El príncipe de Zamunda, la primera Loca Academia de Policía o Nacido al Este de Los Ángeles las vi decenas de veces cuando era pequeño y aún hoy las recupero de vez en cuando (sí, amigos, en mi niñez visitaba el videoclub muy a menudo y soy plenamente ochentero...). Total, que me suele costar trabajo ver una comedia contemporánea. Pero de vez en cuando, y para oxigenarme después de tanto cine de género terrorífico o de acción, pruebo con alguna cinta de la que no me espere nada, por probar. Unas veces acierto y otras no, y vamos a hablar de una de las ocasiones en las que he dado en la diana.

Secretos de familia ha pasado por nuestras pantallas de manera fugaz y de tapadillo, por eso creo que merece la pena reivindicarla para que si alguno tenéis la oportunidad de verla la rescatéis del olvido al que parece estar condenada. El prólogo nos muestra a una joven que viaja en tren acompañada de un enorme baúl. El revisor del ferrocarril se da cuenta de que el equipaje desprende un líquido extraño de color rojo... sangre. En la siguiente estación, la policía está esperando la llegada del tren para detener a la muchacha: ha asesinado a su marido y a la amante de éste. Años después, la acción nos lleva a un pequeño pueblo inglés donde nos es presentada la familia Goodfellow. El patriarca es el reverendo Walter Goodfellow (Rowan Atkinson), que ve cómo sus misas son un fracaso y tiene que soportar la pasividad de su familia hacia él. Su esposa Gloria (Kristin Scott Thomas) se muestra totalmente apática hacia su prole y marido (más concentrado en escribir un buen sermón que en satisfacer sexualmente a su mujer) y planea fugarse a México con su instructor de golf, Lance (Patrick Swayze), un chuletas de mucho cuidado que también pone sus ojos en la hija de su amante, Holly (Tamsin Egerton). Ésta, por su parte, no tiene reparos en mantener relaciones sexuales delante de su casa (ni en desnudarse delante de la ventana de su cuarto, cosa que aprovechará Lance para disfrute personal) ni en llamar "cabrona" a su madre. Luego está el pequeño de la familia, Petey (Tobey Parker), cuya máxima ilusión es que los compañeros de clase que le atormentan día a día desaparezcan del mapa. La familia perfecta, vamos. Pero las cosas podrían cambiar cuando aparece Grace Hawkins (Maggie Smith), una simpática ama de llaves que, como si fuera una especie de Mary Poppins, pondrá todo su empeño en conseguir que esa familia disfuncional se una y sea feliz.

Como sé que sois inteligentes y sabéis que dos más dos son cuatro, no os desvelo nada si os digo que esa ama de llaves no es otra que la joven que aparecía en el prólogo de la película. Ahora bien, ¿por qué ha ido a parar a la casa de los Goodfellow? ¿Por qué ese interés en hacerlos felices? ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar para conseguirlo? Eso es lo que tendréis que descubrir vosotros, y os aseguro que vais a pasar un muy buen rato con las desventuras de esta familia tan peculiar. Rowan Atkinson está genial en su papel de reverendo deprimido que descubre gracias a Grace (y en este chiste de nombres está una de las claves de la película) que el sentido del humor puede salvar un sermón. Así, éste no duda en buscar en Internet chistes religiosos con los que adornar sus homilías. No esperéis verle hacer un rosario de muecas y atropellos, su papel es más dramático que cómico, aunque en escenas como la del partido de fútbol sí que saca a relucir su faceta de Mr. Bean por unos segundos. Kristin Scott Thomas, como siempre serena y elegante, refleja muy bien los sentimientos de su personaje y el modo en que estos van cambiando a medida que su marido se vuelve a fijar en ella (la escena en la que Atkinson recita versos de El cantar de los cantares mientras observa a su mujer en el cuarto de baño es sensacional). Swayze sigue ahondando en esta segunda carrera que se está labrando como secundario resultón, y logra dar a su papel un aire de chulería que le viene como anillo al dedo. Pero lo mejor es Maggie Smith en su recreación de la bonachona Grace, alguien que guarda muchos secretos y que vive según unas reglas que ella misma ha creado. Todo el conjunto de actores (sin olvidar a los hijos de los Goodfellow) muestran una buena química y nos transmiten una sensación que me parece importante en una comedia: que se han divertido haciéndola. De este modo contagian esa diversión al público y no permiten que éste se aburra o se distraiga, a pesar de los giros de guión cercanos al thriller que se suceden en la segunda mitad de la cinta y que la llevan hasta el terreno de la comedia negra más delirante (algunos críticos la comparan con el cine de la productora británica Ealing).

Sólo hay un punto ligeramente negativo y es que cuando parece que todo está acabado y cerrado, la película se prolonga unos diez minutos más en lo que parece un epílogo alargado que posee algo menos de eficacia que lo mostrado con anterioridad, pero que, en cualquier caso, cierra la función con un macabro chiste visual que hace que nos levantemos de la butaca con una sonrisa de satisfacción dibujada en el rostro. No estoy diciendo que Secretos de familia sea una obra maestra ni que vaya a pasar a la historia, pero es una cinta tan simpática que uno intenta no buscarle fallos (que seguramente los tendrá, como todas) y simplemente entregarse al disfrute durante hora y media. En cuanto a la moraleja de la historia, mejor no tomársela demasiado en serio. Digamos que no tiene un final políticamente correcto...


Publicado originalmente en Natural High. Notas desde el futuro: Por suerte, mi reprobable concepción sobre la comedia de la que hacía gala en este post ha ido variando con los años, de tal modo que he dejado de considerarlo un género menor y he asumido su valía y su difícil concepción. La película en concreto, vista ahora, me sigue pareciendo igual de recomendable. 

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