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16 feb 2006

'999'

(999-9999. Peter Manus. Tailandia. 2002. 102 minutos). "Esta película está lejanamente basada en un hecho real". Esto es lo que podemos leer nada más comenzar el visionado de 999, una película de terror oriental que se aparta de los tópicos de las fantasmas despeinadas que tanto llegaron a abundar y a aburrirnos.

Escuela Internacional de Chiang Mai (Norte de Tailandia). Un pájaro muerto sale a flote en el agua. Una profesora encuentra un collar en el suelo, a los pies del poste de la bandera. Cuando va a izarla, se encuentra a una chica ensartada en lo alto del mástil (glubs). Cerca de la escena, un teléfono descolgado se balancea misteriosamente...

Tras este prólogo, la acción nos lleva a la Escuela Internacional de Phuket. Allí, unos jóvenes rebeldes (en realidad, unos niños malcriados) que se hacen llamar el Club de los Diablos (los Dare Devils) sabotean el circuito de televisión interno del colegio y demuestran que el director guarda pornografía en un armario. Los protagonistas no son unos intelectuales precísamente, así que cuando llega una chica nueva al colegio, a la que llaman Rainbow (la modelo tailandesa Sririta Jensen, también conocida simplemente como Rita), y se enteran de que procede de la Escuela de Chiang Mai, no tardan mucho en organizarle una encerrona para interrogarle sobre lo ocurrido allí. En el transcurso de la noche sale a relucir un número de teléfono, el 999-9999 (por favor, intenten aguantar la risa cada vez que uno de los personajes pronuncia nuevenuevenueve-nuevenuevenuevenueve), al que puedes llamar para pedir cualquier deseo (sólo a partir de las 12 de la noche, como manda la tradición terrorífica) y te lo conceden. El problema es que ese ente extraño que recibe las llamadas siempre acaba cobrándose los favores... ya podéis imaginar de qué manera.

En la línea del terror oriental moderno, en esta cinta la tecnología es usada como medio para crear el pánico entre los personajes, que van muriendo uno a uno en la mejor tradición del slasher norteamericano hasta que, siguiendo otro esquema típico del género, cuando sólo quedan un par de supervivientes estos deciden trasladarse al lugar donde empezó todo para intentar averiguar cómo detener la masacre.

Podemos interpretar pues 999 como la versión tailandesa de Destino Final cruzada con elementos de la cachonda Wishmaster, un catálogo de muertes creativas que se producen como si fueran accidentes provocados por un genio de la lámpara con muy mala leche. Por supuesto, aquí no vamos a objetar nada: la cinta, a pesar del tono de comedia que tiene en sus primeros minutos, no es apta para todos los públicos y ofrece alguna secuencia gore que deleitará a los fans de las tripas y desmembramientos varios. Pero todo visto en un tono lúdico y exagerado, como ya ocurría en la citada Destino Final y secuelas, lo que unido a lo poco que sabemos de los protagonistas y que no caen demasiado bien, hace que disfrutemos con una sonrisa macabra en la cara cada vez que uno de ellos va a pagar por su deseo cumplido.

Es una pena que los responsables de este largometraje (entre ellos Prachya Pinkaew, descubridor cinematográfico de Tony Jaa) tuvieran mejores ideas de lo que eran capaces de plasmar en imágenes con los recursos que tenían. Así, la escena de la cámara de ingravidez llega a caer en el ridículo por culpa de unos efectos infográficos demasiado pobres, que estropean lo que sobre el papel sería un concepto atractivo. Pero, en líneas generales, 999 es una cinta disfrutable y ligera, una buena opción para una tarde tonta delante del dvd.



Publicado originalmente en Natural High. Notas desde el futuro: Otra prueba más de que antes me tragaba cualquier cosa oriental que se estrenara en videoclubes y que más o menos defendía como mejor podía.  

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues nada, apuntada queda en la libreta (que cada vez es mas gorda de todo lo que tengo que hacer, ver, leer.....).

Eso si, para una tarde entretenida, como bien dices.

c dijo...

Un placer volver a leerle. Le seguía a menudo en Natural High y es un alegrón ver que vuelve a la carga. Un saludo!

Anónimo dijo...

Ey tio

Pues yo tbn me apunto, en la lista que ce llena y nunca acaba jaja

SALUDOS