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5 feb 2008

'Los crímenes de Oxford'

(The Oxford Murders. Álex de la Iglesia. España, 2008. 110 minutos) Siendo uno fan inagotable de Álex de la Iglesia desde sus inicios, esperaba este paso del director bilbaíno con ilusión y miedo al mismo tiempo. Pensaba que, aunque esta película pudiera suponer una buena herramienta para expandir el genio de su responsable hacia otros mercados que aún no había logrado conquistar, bien cabía la posibilidad de que su intento de hacer cine como si sólo fuera un buen artesano al servicio de una historia ajena podría llevar a algo no deseado: la atenuación de su arrebatadora personalidad. A poco que uno haya leído entrevistas de De la Iglesia puede saber que el director ha pretendido en varias ocasiones escribir películas serias, thrillers de factura técnica impecable y que se adscribiesen al género con todas sus consecuencias, quejándose de que no le salían. Por fin, para placer suyo y disgusto de los que nos temíamos lo peor, lo ha conseguido. O casi.

Los crímenes de Oxford (basada en una novela que no he leído y que el director ha adaptado junto a Guerricaecheverría) no me parece una mala película y desde el punto de vista de De la Iglesia supone todo un triunfo. Él debe estar de lo más orgulloso: ha conseguido filmar en el extranjero, en un idioma que no es el suyo, con estrellas internacionales y con un estilo que toma bastante del Frenesí de Hitchcock (con sus sinuosos planos secuencias trucados... pero sin su oscuro sentido del humor). Ha hecho una pieza elegante, bien llevada y comercial, además de seria en su justa medida. El problema está en que eso lo podría haber hecho otro. Hay por tanto aquí un conflicto que intenté salvar como mejor pude y que se disputa entre la intención del director y lo que nosotros (adopto el plural mayestático atreviéndome a hablar por los seguidores de Álex) deseábamos ver. El espectador casual, el que vaya al cine a ver esa peli de misterio del prota del Señor de los Anillos y que nunca ha visto Muertos de risa o Acción mutante, podrá encontrarse con una cinta de suspense que siempre irá por delante de él (y de todos, porque la idea motriz, interesante pero incómoda, es dinamitar las leyes del whodunit y no permitirnos saber más que los protagonistas... otra diferencia con Hitchcock), pero que le puede dejar el buen regusto de pensar que ha visto una peli inteligente. Y, miren, quien más y quien menos pensará que bien vale el precio de una entrada ver unos espaguetis encima de los bellos senos de la talentosa Leonor Watling. Pero a nosotros nos sabe a poco, acostumbrados a un De la Iglesia sin corsés, enérgico y energético, capaz de contar las historias más absurdas con la mayor claridad y afortunadamente enganchado al exceso. Está muy bien que el director demuestre que sabe cómo encarar un proyecto de estas características y manejarse sobradamente bien en territorio más o menos ajeno. Y por eso, decía, él puede estar orgulloso de Los crímenes de Oxford. Es más, debe hacerlo, porque las muestras de valor y de entrega al género no es que sean muy fáciles de ver en nuestro cine.

Entonces, ¿en qué quedamos? Porque alguno puede pensar que me estoy contradiciendo... cuando no es así. En resumidas cuentas lo que pretendo decir es que la película está bien, pero es poco viniendo de Álex de la Iglesia y lo mismo que la firma él lo podría haber hecho, salvo por cuatro escenas sueltas, el Ron Howard de El código Da Vinci. En cualquier caso, es interesante destacar la posibilidad de entender todo esto como una gran broma de Álex; intenten asimilar la cinta como una falsificación del thriller (recuerden uno de los escenarios finales), como una manipulación maquiavélica de sus axiomas, como una patada en la entrepierna de los que en las películas de suspense se jactan de averiguar antes que nadie quién es el asesino. Quizá, aunque no nos guste, ahí esté la clave de lo que el director ha pretendido hacer: si los protagonistas son expertos matemáticos que creen que pueden descifrar la serie lógica que les ayude a solucionar el misterio de los crímenes, nosotros seríamos los curtidos en thrillers que, a medida que transcurre el largometraje, vamos cayendo progresivamente en la impotencia de sabernos condenados al fracaso en cuanto a voyeurs detectives. Si Álex de la Iglesia, con su manera de no dar lo que se esperaba de él pero tampoco lo que desearíamos en una cinta de este tipo (pistas a seguir, falsos culpables sospechosos, escenas impactantes, una explicación final reveladora y que nos ayudara a componer el rompecabezas...), quería hacernos quedar como veladores de lo convencional, lo ha conseguido con creces. Así que, aunque Los crímenes de Oxford sea la película suya que menos me guste, bravo por él.

7 comentarios:

A.J. dijo...

muy buena la reseña, es de las q mas me han gustado...sobre la pelicula no la he visto aun, por el trailer parece interesante

la verdad q no he visto todas sus peliculas, no mas de 4 seguramente, pero me gusta su forma de hacerlo...y no se hasta q punto habra cambiado aqui, pero como dices tampoco hay demasiadas peliculas q se acerquen a este genero, asi q no esta mal q se haga cine de suspense de vez en cuando, veremos q tal...

estanli cuvric dijo...

Yo soy iglesista de toda la vida, oiga. Fíjese que fui al cine a ver Acción Mutante movido por los grandes reportajes previos de la Fantastic Magazine.
Así que, a pesar de los pesares y de las críticas medio decepcionadas, veré Los Crímenes de Oxford.
Y supongo que me decepcionaré. Hasta la siguiente película de Don Álex.

Pedro José Tena dijo...

AJ, gracias por lo de la reseña. Intenté aportar un punto de vista algo más abierto que el de la mayoría de críticas que he leído sobre la película. Te invito a ahondar en la obra de De la Iglesia, desde su corto 'Mirindas asesinas' hasta ahora. Todo merece la pena.

ESTANLI, así me gusta, que las críticas negativas no afecten a tu fe iglesista, porque a este tipo hay que apoyarle por muy burros que nos pongamos y no empaticemos por completo con su último juguete. A ver si se concreta su proyecto de 'Piensa en Disney', que ese sí que tiene papeletas para volvernos locos.

Saludos.

Nallos dijo...

Otra peli que no he podido ver y que tengo ganas. La verdad que lo que comentas sobre la dirección de la peli me decepciona un pelín, pero bueno, intentare no dejar escapar el visionado de esta peli.
Además, llamame simplón, pero solo con la femina que sale en la peli, ya es para ir a verla! :D

Pedro José Tena dijo...

Hombre UNI-SOL, aquí la Watling no enseña tanto como en 'Son de Mar', pero si crees que sólo por ella merece la pena ver la peli no voy a ser yo quien te lleve la contraria.

Ana dijo...

Jajaja, yo no soy tan pro Alex de la Iglesia, me gusta mucho, pero he visto poco de él, más bien lo típico, personalmente el otro día vi un reportaje del que era prota y hablaba un poco de esta jodida sociedad, me gustó mucho su forma de pensar, pero bueno, lo añado a mi lista de directores por analizar...jeje. Esta peli concretamente, me gustó, quizás por eso de que no consigues vislumbrar al malo desde el principio y también por supuesto por Leonor.... la mejor de los tres protas y el momento espaguetti, que aunque sea mujer, (o medio mujer), también me gustó mucho.... jaja, es cierto que no es muy del estilo del director, pero no está mal, está bien que los directores no se encasillen y nos sorprendan de vez en cuando, sobre todo los directores españoles que ya están demasiado encasillados por serlo... en españa hay muuuuucho arte y del séptimo nos sobra!!, aunque hay demasiados talentos escondidos....

Pedro José Tena dijo...

Pues nada, ANA, cuando quieras me invitas a comer spaghettis.

Sobre Álex de la Iglesia, tienes que decirme exactamente cuáles has visto y cuáles no para pasarte lo que te falta.