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8 feb 2008

'Monstruoso'

(Cloverfield. Matt Reeves. EEUU, 2007. 83 minutos) Vaya la que se ha montado con esta película: si pinchan aquí verán la guerra que se ha desatado entre los que defendemos la cinta y los que piensan que es un pedazo de mierda mareante y falsa como un euro de madera. También los hay que se han quedado igual tras verla, pero sus comentarios son menos divertidos. Si después de leer todo eso aún quieren más, sigan aquí y acompáñenme, que prometo no ponerme muy pesado con el tema.

A mí Cloverfield, lo voy a decir ya, me parece una obra maestra del acojone, una visita al apocalipsis en primera persona y una historia de amor brutal (porque, amigos, la gente guapa también tiene derecho a sufrir por amor, no sólo los freaks como nosotros). Diferentes teorías se están formando sobre lo que es en realidad la cinta y, sobre todo, lo que no es (otra versión del Godzilla de Emmerich, peli que todos pusieron a parir pero que ahora parece que querían volver a ver), muchas de ellas vagas, otras tantas idiotas, algunas ciertamente inteligentes y las menos algo rebuscadas. Yo intento aislar toda la paja y quedarme con la esencia: con la sensación de placer, desconcierto y asombro, todo mezclado, que experimenté mientras estaba en la butaca, engullendo palomitas y haciendo esfuerzos por mantener los ojos en su sitio, mientras me imaginaba con la misma cara de felicidad que tenía Michael Jackson en la escena del cine del Thriller.

Con una estructura sacada directamente del abecé de la narrativa de aventuras y contada mediante una inteligente manipulación cronológica (con elipsis y flash-forwards que están dentro de un gran flash-back narrado, es un decir, desde un tiempo indefinido por una tarjeta de vídeo encontrada tras la debacle... uff), Cloverfield es, entre otras cosas, la película sobre el 11-S que todo el mundo demandaba cuando se estrenaron World Trade Center y United 93 y que ahora no ha conseguido interpretar de esa manera, sólo porque lo que provoca la destrucción es un monstruo y no aviones a manos, según algunos, de terroristas islámicos. Pero hablan de lo mismo: de la fragilidad de nuestras perfectas vidas, de nuestra incompetencia para resolver de manera inmediata y exitosa un ataque a lo que conocemos... Cloverfield habla sobre el caos y nos lo emite en un falso directo, consiguiendo que carguemos con la cámara y que nos preguntemos qué haríamos nosotros en situaciones similares. ¿Atravesaríamos el infierno para buscar a la persona que amamos sabiendo, de entrada, que hay muchas posibilidades de que ya esté muerta? ¿Arriesgaríamos nuestra vida por hacer una declaración de amor a un posible cadáver? Esa temeridad que algunos ven como algo irracional, estúpido y, atención, demasiado americano (¿qué coño significa eso?), a mí me enterneció hasta tal punto que el monstruo se convirtió en algo secundario, en la excusa para poner a prueba a los personajes y llevarles (llevarnos) al límite de la cordura, mandando al pairo todo lo que la lógica nos diría que tendríamos que evitar para seguir con vida. Que a un sector importante del público le moleste, le parezca una exageración, que alguien pueda poner en peligro su vida por un acto de amor tan rotundo como este dice mucho de cómo es el mundo en que vivimos, sin querer hacer demagogia con la frase. Y no creo estar muy equivocado cuando digo que el monstruo, a pesar de lo que pueda parecer, no es lo verdaderamente importante de la película. Aquí los personajes no son meros monigotes a los que el monstruo mira en picado o cenital, son ellos a través de quienes vemos, sufrimos, experimentamos la historia. No hay aquí planos digitales masturbatorios para los amantes de la infografía animada, vemos lo que está grabando (que no siempre observando) uno de los protagonistas y sólo conocemos lo que ellos experimentan. Que no me vengan diciendo que la película es mala porque no da explicaciones sobre el monstruo, porque apenas se ve la criatura (cosa que es mentira, por cierto), porque todo es mareante o porque la historia no es original o es incoherente, porque hay product placement o porque los protagonistas son guapos. Argumentos insuficientes para defenestrar un largometraje rotundo y atrevido, no me jodan, y que ha puesto de manifiesto lo tonta que a veces es la gente (aquí que se incluya quien quiera): en la época del streaming y de la información recogida con móviles o cámaras personales, que es como contemplamos las escenas más impactantes del atentado a las Torres Gemelas, alguien se atreve a hacer una película con ese estilo y se le acusa de ser poco claro, de marear y de no enseñar todo lo que queríamos ver, que es justo uno de los detalles que más me gustaron de la película. ¿Acaso alguien le reprochó a [Rec] que no tuviera elegantes travellings o encuadres elaborados? Si Cloverfield pretende tomar el mismo punto de vista y hacerlo más activo aún, ¿por qué nos debe mostrar todo con la claridad de la tercera persona? ¿No querían realismo? Ah, no, esperen, que resulta que es una película americana, protagonizada por gente guapa, en la que sale publicidad de una marca de móviles, con monstruo gigante y en la que participa el ejército. Eso tiene que ser malo, por cojones. ¿Verdad?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ey tio!!!

muy wapa la reseña , como siempre magnifiko

pues esta pelicula no la he visto , pero parece star bien y ser impactante no se si sperare al dvd pero tengo que verla.

Saludossss

José Viruete dijo...

A mí me ha gustado un huevo y parte del otro.
>Que no me vengan diciendo que la película es mala porque no da explicaciones sobre el monstruo

Esto tiene que ser mentira.

estanli cuvric dijo...

Sólo por el hecho de ser LO QUE ES, Cloverfield es buena. Aunque quizás la palabra correcta sea ADMIRABLE.
A mi me ha encantado. No sé si me explico...

Pedro José Tena dijo...

JUAN, hazme caso y acércate al cine antes de que la quiten. No lo vas a lamentar.

VIRU, te juro que ese es uno de los motivos que utilizan algunos para demostrar que la película es una mierda. Me alegra que te gustara y me sorprende que la hayas visto tan pronto, je.

ESTANLI, no hace falta que te expliques más. A este paso unos pocos vamos a acabar formando el Club de Blogueros Fans de Cloverfield. Si yo hasta me emociono cuando dicen que van a hacer una segunda parte...

Nallos dijo...

Por fin la he visto y me ha gustado bastante.

El principio te deja un poco atontado con todo el rollo de la fiesta, que da la sensación de que te has equivocado de sala y te has puesto a ver otra peli, pero cuando empieza todo, el cambio de ritmo es brutal, en algunas escenas, te entran ganas hasta de salir corriendo con los demás :o).

A veces, el tema de filmar cámara en mano, se hacia consino y mareante (tuvimos que subir tres filas en el cine porque estabamos cogiendo un colocon que pa'que jajaja), en otros casos, te introduce muchísimo en la película y da la sensación de que tienes que escapar del monstruo con los demas protagonistas.

Pedro José Tena dijo...

UNI-SOL, el uso de la cámara en mano va mucho más allá de ser un recurso mareante: es el punto de vista subjetivo de uno de los personajes (aunque no siempre, ojo) y por eso es tan fácil verse inmerso en la acción, igual que ocurría en [Rec].

Me alegra que te gustara.