Buscador

11 ene 2006

'La Niebla'

(John Carpenter's The Fog. John Carpenter. Estados Unidos. 1980. 87 minutos) Después del éxito sorpresa que supuso La noche de Halloween (hasta la llegada de El proyecto de la bruja de Blair, la película independiente más taquillera de la historia), John Carpenter y Debra Hill (productora y amiga de Carpenter) buscaban una nueva historia con la que aterrorizar a las plateas. Pero no querían repetirse, no querían hacer otra historia de psicópata con cuchillo que amenaza a canguros. Así que, mientras estaban visitando Stonehenge, vieron un espeso banco de niebla que avanzaba lentamente y Carpenter dijo “¿qué podría haber dentro de esa niebla?”. De este modo surgió la idea para La Niebla, cuarta película de Carpenter para el cine (si no contamos sus telefilmes Somebody’s watching me y Elvis).

En esta ocasión, Carpenter quería jugar con un terror menos físico, más sobrenatural, contando un simple pero efectivo cuento de miedo. En 1880, los habitantes de Antonio Bay hicieron algo horrible por lo que sus descendientes tendrán que pagar: un grupo de seis personas encendieron una hoguera en la playa para hacer que un barco lleno de leprosos chocara contra la costa y naufragara. De este modo los seis conspiradores consiguieron todo el oro que aquellos llevaban en el barco y lograron edificar una iglesia, con la cual Antonio Bay se convertía en pueblo y dejaba de ser una aldea. En el día que se conmemora el primer centenario del pueblo, los fenómenos extraños no tardan en aparecer: los aparatos eléctricos y los coches se ponen solos en marcha, las cabinas de teléfono comienzan a sonar, los cristales tiemblan… y aparece una espesa y luminosa niebla que avanza contra el viento y que trae una sorpresa en su interior: los fantasmas de los que fueron traicionados, que reclaman venganza y recuperar su oro.

"6 deben morir". Éste es el mensaje que lee Stevie Wayne (Adrienne Barbaeu) en el tablón de madera que su hijo ha encontrado en la playa. Y seis son pues los asesinatos que se cometen en la película, que busca la atmósfera, la angustia y el suspense sobre todo, renunciando al típico "slasher" en el que lo importante es ver cómo van muriendo los personajes de manera creativa. Aunque para el público de hoy La Niebla pueda parecer algo sosa o descafeinada, un servidor la tiene en su lista de películas de terror favoritas de todos los tiempos. Seguramente el remake que se estrenará dentro de unas semanas (titulado en España Terror en la niebla) será más dinámico, más espectacular, tendrá más ruido y más efectos especiales. Pero dificilmente conseguirá borrar del recuerdo esta maravilla de Carpenter, como casi todas sus obras, menospreciada en el momento de su estreno y que con los años ha ganado estatus de culto.

¿Qué ofrece? Pues, además de la posibilidad de ver reunidas a figuras tan características del cine de terror como Jamie Lee Curtis, Janet Leigh (madre de Jamie Lee e inolvidable "protagonista" de Psicosis) o Tom Atkins (protagonista también de Maniac Cop o El terror llama a su puerta), junto a la aparición del mismo Carpenter y otros actores y actrices habituales (Nancy Loomis o Charles Cyphers, ambos en Halloween), La Niebla es algo tan simple (pero tan difícil de encontrar) como una película de terror que en sus momentos más afortunados consigue dar miedo. Y no hablo de sustos (que también los hay, la mayoría de ellos insertados después de que sus responsables comprobaran que el primer montaje quedaba demasiado flojo), sino de esa sensación de inquietud que se te mete poco a poco en el cuerpo hasta convertirse en angustia. La tranquilidad de la primera mitad del metraje, tremendamente atmosférica, lleva a una sucesión de momentos de pánico en los que los protagonistas se ven cada vez más acosados, hasta quedar atrapados entre la espada y la pared (literalmente) y pensar que quizá no haya salida posible de lo que en teoría es un refugio (Adrienne Barbaeu en el faro donde tiene la emisora de radio, el resto de personajes en una iglesia).

Una cinta que empieza con una cita de Edgar Allan Poe, que remite a Lovecraft y los cómics de la EC de terror, y que demuestra que a veces en este género menos es más (esos espectros que apenas vislumbramos entre la bruma), no puede ser pasada por alto por cualquier buen aficionado.


Publicado originalmente en Natural High. Notas desde el futuro: las previsión se cumplió y el remake resultó ser una birria. Con esta reseña empezaba ya a sentirme cómodo. 

No hay comentarios: