Buscador

7 dic 2011

'Escóndete y tiembla'

(American Gothic. John Hough. Estados Unidos / Canadá. 1988. 86 minutos) En 1930 el pintor Grant Wood presentó en sociedad un cuadro al que llamó American Gothic y con el que pretendía capturar la esencia de los roles masculino y femenino en las sociedades rurales del Medio Oeste norteamericano. En dicha pintura, el hombre aparecía con una horca de tres dientes mirando hacia el frente, mientras que, a su lado, su esposa le observa con gesto sumiso. Dicha estampa pasó a formar parte del imaginario colectivo y su popularidad se extendió a lo largo de las décadas, llegando hasta finales de los años ochenta con la película que nos ocupa, del mismo título que el cuadro de Wood y dirigida por un John Hough del que hablamos hace poco (recuerden esto). Con un fracaso a sus espaldas como Biggles: El viajero del tiempo (1986) y con la mayor parte de su trabajo enfocada hacia la televisión, Hough encontró la posibilidad de volver a filmar una película de terror que aprovechara el buen rendimiento que dicho género estaba teniendo en los videoclubes de todo el planeta, si bien ya era evidente que la fórmula del slasher de los últimos años estaba ya prácticamente muerta y eran necesarias nuevas vías para asustar al personal. El guión de Escóndete y tiembla, que fue como se conoció en España la película, volvía a un terror rural en el que los asesinos no llevaban máscara, no tenían apariencia de monstruos ni poseían poderes paranormales. Y eso, como sabemos todos, es lo que más miedo puede dar. 

LO MEJOR: Michael J. Pollard y sus hermanos dementes.
LO PEOR: No saca provecho a su premisa, tornándose un
producto descafeinado.
Cuanto más se acerca a la realidad, el cine de terror adquiere mayor capacidad para inquietarnos, así que la historia de un grupo de amigos perdidos en una isla habitada por una familia de fanáticos religiosos que, asesinato mediante si se tercia, harían cualquier cosa por mantener las tradiciones, resulta de entrada lo suficientemente atractiva como para llamar nuestra atención, por mucho que sea un esquema que se ha utilizado en infinidad de ocasiones y no siempre con resultados positivos. Lamentablemente, este es uno de esos casos en los que la premisa está muy por encima de los logros reales del producto. Muy lejos de la capacidad para la sugerencia y el suspense de productos anteriores de Hough, así como de la eficacia de aquellos que sólo pretendían entretener, Escóndete y tiembla hace que nuestras emociones basculen entre la indiferencia y el aburrimiento durante la mayor parte de sus largos ochentaytantos minutos. Los fans del gore y de las emociones fuertes encontrarán aquí motivos para la desesperación, ya que apenas hay violencia explícita y el tono general es demasiado apagado y rutinario como para generar cualquier tipo de entusiasmo. Sólo las apariciones de los hijos del matrimonio homicida, adultos con mentalidad de niño sobre los que se advierte la sombra del incesto y otras perversiones, consiguen levantar algo el ánimo en una producción de escaso interés, erigiéndose como momentos de placer aislados dentro de un conjunto lleno de mediocridad.

No hay comentarios: