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27 dic 2011

'Drive'

(Drive. Nicolas Winding Refn. Estados Unidos. 2011. 100 minutos) Hay películas que a uno le dejan indefenso, como espectador y como crítico, y animan a rechazar cualquier análisis racional y convencional para abrazar el entusiasmo y escribir simplemente dos palabras de las que se suele abusar y que, en la mayoría de los casos, no dejan de suponer un acto de subjetivismo puro y duro. Estas palabras son "obra" y "maestra". Pasa en muy pocas ocasiones: esa sensación de que cualquier frase escrita resultará inútil, que no podrá reflejar con justicia lo que se siente al ver la película y que me tendría que limitar a decirles que no se la pueden perder por nada en el mundo. ¡Corran a verla! ¡¿Qué hacen ahí parados leyendo esto, insensatos?! ¿Que no se estrena donde viven? ¡Búsquenla! ¡Hagan lo que sea! Repito, lo-que-sea. Luego viene la calma, reaparece la cordura y caigo en la cuenta de que eso no es suficiente. Drive me parece una obra maestra, sí, pero, ¿por qué? Habrá que justificarlo. No es porque su director ganara la Palma de Oro en el Festival de Cannes, ni porque suponga la  película más accesible de Refn (o eso dicen, porque en mi caso es la primera vez que leo su nombre detrás del rótulo de Directed by), ni porque haya cierto consenso entre la crítica y se la aúpe como uno de los títulos más importantes de 2011. Todo eso es irrelevante y poco nos importa a los que no comulgamos demasiado con ese tipo de certámenes ni con los cronistas de gustos más convencionales. Tampoco hay que hacer caso a sus detractores, aunque algo de razón no les falte: Drive no es sólo estética, por mucho que ésta se presente de manera apabullante; tampoco es una copia descarada de Driver (The Driver. Walter Hill, 1978), a pesar de que ambas comparten ciertos conceptos como la figura del héroe sin nombre y la abstracción como arma; y, por supuesto, no hay que hacer caso a esa loca de Michigan que demandó a la productora Film District por haberle hecho pensar que iba a ver una cinta de coches rápidos y furiosos al estilo de las protagonizadas por Vin Diesel. 

LO MEJOR: La secuencia del ascensor.
LO PEOR: La trama gangsteril.
El mundo se equivoca, como dice la canción, no sé si por miopía, por cerrazón mental o por incapacidad para asimilar el arsenal de estímulos sensoriales que la película de Winding Refn nos lanza durante sus cien minutos de puro goce estético. Pero quedarse ahí, en esa capa superficial, por mucho que sea la superficie más arrebatadoramente bella que nos ha escupido un proyector de cine durante todo 2011, es disfrutar a medias de Drive, porque debajo de esa capa de esplendor visual y de ese masaje para los oídos que constituye su impresionante banda sonora, hay vida. Me comenta un buen amigo que no entiende las motivaciones del protagonista, que no termina de ver nada de historia detrás de las estampas, pero que, por algún motivo, la película le resulta algo así como hipnótica. Y no es la única persona a la que le escucho decir esto, lo cual hace que me suma en la perplejidad: me resulta increíble que alguien no entienda lo que se esconde tras la piel de Drive, cuando resulta evidente (o, al menos, eso me gustaría pensar) que no hay rastro de complejidad en el argumento ni en las motivaciones de los personajes. Sí en las relaciones que se establecen entre ellos, como en toda buena muestra de cine negro (y Drive es el cine negro del mañana: referencial, hiper-romántico, violento, deslumbrante y retrofuturista), pero no en aquello que mueve al personaje interpretado por Ryan Gosling. Se trata, sin más, de alguien que llena su hueca vida poniéndola en riesgo hasta que encuentra un motivo por el que levantar el pie del acelerador: una mujer y un hijo a quienes ayudar y, a través del cariño que siente hacia ellos y del que puede recibir a cambio, volver a sentir la sangre corriendo por sus venas. ¿Algo cursi? Quizá. ¿Eficaz? Mucho, sobre todo porque ese punto de partida convierte la concatenación de sucesos que viene después en una aventura de ribetes trágicos, además de incidir en lo que de verdad quiere contar Winding Refn: la imposibilidad de un tipo de héroe para encontrar la paz cuando está marcado por estigmas del pasado que, en este caso, se intuyen sin demasiado esfuerzo. Drive tiene que pagar un peaje en tanto que debe pasar por una serie de puntos comunes con el género al que pertenece de manera superficial, siendo obligada a incluir pasajes de menor interés y que tienen que ver con la parte de thriller del asunto (los líos con bolsos llenos de dinero, los villanos de tres al cuarto), pero su historia de amor contenida, sus estallidos de violencia y su capacidad para dejarnos literalmente embobados la convierten en una pieza única, un título a reivindicar desde ya y salvar de la incomprensión a la que parece estar condenado. Aquí tienen mis dos céntimos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Leyendo este post me han entrado muchas ganas de ver la película. Esta misma tarde iré a disfrutarla, aprovechando que se estrena hoy mismo.

Aprovecho también para recomendarte mi página de tráilers de cine, en http://trailers.spoti.com

Saludo y felicidades por el blog! ;)

Pedro José Tena dijo...

Gracias. Espero que la película esté a la altura de las expectativas que te haya podido crear con esta crítica y que no te defraude.

Un saludo.

PD: ¿Cómo funciona tu página? Entro y veo que aparece el trailer de Drive. Pero, ¿cómo accedo al resto de trailers?

BORJA dijo...

Ciertamente, yo no pude hacer otra cosa que poner la película en cuarentena y dejar que el tiempo y los impulsos me permitieran juzgarla y decir claramente "es mala" o "es buena".
De alguna manera, la película choca con el espectador por la falta de costumbre: es difícil encontrar una película tan simple (trama) y al tiempo tan compleja (referencias, planificación). En un primer visionado, reconoces la plasticidad y el disfrute visual y sonoro. Pero entiendes que puede caer en el ejercicio de estilo...sobre todo al tener una historia que, de tan simple, no parece tener gran cosa. A mi, por lo que sea, su frialdad y meticulosidad me alejó de la emoción (en el argumento). Y a día de hoy, con tantos visionados a las espaldas (perdí la cuenta) sigo sin entrar en su historia de una manera emocional. La entiendo, claro, ya que hay poco que entender. Y en su simpleza radica su belleza. Par ami es una película que funciona en su concepto visual y sonoro, para redefinir, como bien dices en la crítica, el cine negro. Neo noir, le llaman ¿no?.
La trama "criminal" contiene algunas de las cosas que me despistaron en un principio (la máscara, los cuchillos del malo maloso, la extraña estrategia de venganza final...)y que a estas alturas, ya forman parte cual órgano vital, tengan sentido o no, de una película sólida.
Ya me da igual todo y creo que no estoy a la altura de dictar críticas fundamentadas. Drive me mola y sabe Dios por qué.

Pedro José Tena dijo...

Pues quédate con esa sensación y no le des más vueltas, Borja. Yo he necesitado dos visionados y varios días de reflexión hasta que he podido escribir algo coherente en lo que intentara explicar de manera más o menos convincente por qué 'Drive' mola tanto. Y sigo sin saber si he conseguido hacerlo o no, porque igual esta crítica se acaba entendiendo únicamente como un puñado de frases producto de la exaltación emocional que me provoca la película. Pero, en mi caso, sí sé por qué me mola 'Drive', lo tengo muy claro, vaya.

Y, sabiendo que ya llevas varios visionados a tus espaldas, haces bien en dejar de plantearte si la película es "buena" o "mala".

the man without eyes dijo...

Describes perfecto lo que para mi fue la peli. Me cautivó totalmente, tiene una fuerza tremenda cada imagen , cada silencio, ese heroe que hace lo que tiene que hacer , ese amor que se transmite, porque este es el tipo de pelis de amor que me gustan a mi. realmente una película cojonuda. Con pocas pelis termino con esa sensacion que me dejó esta.

Pedro José Tena dijo...

Pues ya verás cuando la veas más veces. Yo voy por el tercer visionado y cada vez me parece mejor y me resulta más emocionante.