Buscador

22 may 2011

'House of Fury'

(Jing mo gaa ting. Stephen Fung. Hong Kong. 2005. 102 minutos) Ya lo hemos visto otras veces y House of Fury es un ejemplo más: hay películas que empiezan de manera tan fuerte que luego es imposible que estén a la altura de sus primeros minutos. Aquí se nos muestra a Yue Siu Bo (Anthony Wong) luchando contra un puñado de ninjas de colores en un prólogo lleno de una acción brillante y tan bien coreografiada como era de esperar viniendo de Yuen Woo-Ping. Pronto descubrimos que los efectos especiales y las exageraciones de este fragmento están de algún modo justificados, ya que lo que vemos es una narración que Siu Bo hace a un grupo de chavales que le escuchan a medio camino entre la incredulidad y la fascinación. Los que no sienten ya ningún interés por las historias de Siu Bo son sus hijos, Nicky (Stephen Fung) y Natalie (Gillian Chung), hartos de escuchar relatos de su padre sobre un supuesto y emocionante pasado que tuvo como agente secreto. Como si esto fuera Spy Kids (Robert Rodriguez, 2001), los jóvenes cambian de opinión cuando su padre es secuestrado por un antiguo enemigo, Rocco (Michael Wong), y tienen que pedir ayuda a Ella (Charlene Choi, la otra mitad de las Twins junto a Chung), Jason (Daniel Wu) y el Tío Chiu (Wu Ma) para poder enfrentarse a expertos luchadores (entre ellos Jon Foo) y salvar la vida de su progenitor. Lamentablemente, como decía, el arranque de la cinta tiene tanta fuerza que las escenas de acción que vienen después saben (muy relativamente) a poco. 

LO MEJOR: Anthony Wong en clave heróica y tragicómica.
LO PEOR: Es demasiado blanda,  algo justificado si tenemos
en cuenta el público al que va dirigida.
Como ven, las similitudes con la primera parte de la saga de los miniespías mexicanos son más que evidentes, pero el hecho de que en Hong Kong se aprovechen de un éxito de Hollywood para hacer su propia versión nunca nos ha supuesto un problema, sino más bien diría que lo contrario, ya que si hablamos de cine de acción la ex-colonia británica supera a Estados Unidos en cuanto a espectacularidad física y complejidad coreográfica, con lo cual en ese sentido siempre van a salir ganando las versiones orientales sobre las occidentales. House of Fury también es un ejemplo de esto, y no sólo en calidad sino también en cantidad, ya que Stephen Fung (en su segundo título como director después de haber ejercido como guaperas oficial de la industria cinematográfica hongkonesa) se preocupa menos aquí por lucirse delante de las cámaras y más por ofrecer una sucesión imparable de peleas bien dirigidas y montadas. Y aprovecha cualquier ocasión para ello: una discusión por el mando a distancia entre dos hermanos acaba aquí con medio salón destrozado y unas cuantas magulladuras. La pega es que responde también al patrón de esa vertiente de cine familiar producido por Jackie Chan (que es quien está económicamente detrás de la película, junto a Willie Chan y Solon So), donde todo resulta demasiado amable, blanco y apto para todos los públicos. La mano de Jackie se nota aquí a pesar de que no participe como actor, aunque no le echamos en falta gracias al inmenso Anthony Wong, alguien más acostumbrado a interpretar personajes odiosos que héroes simpáticos, totalmente creíble aquí como experto en artes marciales y que se permite incluso hacer un afortunado homenaje humorístico a Bruce Lee y su Furia oriental (Jing wu men. Lo Wei, 1972). El largometraje sube enteros gracias a él y a Wu Ma, quien también lo da todo a pesar de su edad. Lástima que sea un trabajo tan descafeinado y que lo mejor que se pueda decir de él sea que no aburre. No obstante, si no le pongo una estrella más es porque como House of Fury hay a patadas en Hong Kong y por eso no resulta sorprendente. Aunque eso no les debería hacer pensar que dentro del género de acción no es superior a la mayoría de películas que se estrenan por estos lares.  

No hay comentarios: