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29 dic 2010

'Arena (El ring de las Galaxias)'

(Arena. Peter Manoogian. Estados Unidos / Italia. 1988. 96 minutos) Que Charles Band es uno de los nombres más importantes del cine de Serie B de los años ochenta y principios de los noventa es un hecho irrefutable: él fue el tipo que puso dinero, por ejemplo, para algunos de los mejores títulos de Stuart Gordon como Re-Sonator (From beyond. 1986), Dolls (1987) o Castle Freak (1995), y ya fuera bajo el sello Empire o el de Full Moon, ayudó a sacar a flote algunas sagas que se han convertido en mini-mitos entre el fandom, como Ghoulies, Trancers o Puppet Master. Igual de impepinable es que produjo mierdas de gran calibre y lo sigue haciendo de manera infatigable. Una de las más pestilentes fue Arena (El ring de las Galaxias), título de ingrato recuerdo que llenó algunas sesiones de sobremesa en la Antena 3 de los comienzos, cuando todavía se podía encontrar uno con películas así por televisión y no tenía que recurrir a los videoclubes prehistóricos o internet para poder verlas. Arena fue rodada en Roma entre 1987 y 1988 en los estudios que la Empire tenía en la ciudad italiana, aunque no se estrenaría en Estados Unidos hasta 1991, tras haber sido explotada en vídeo en algunos países europeos. Eso da buena fe de la confianza que los responsables de la película tenían en ella... En mi caso, debo reconocer que no recuerdo nunca haber sentido un cariño especial por Arena. Con lo fácil que era contentarme por esa época, algo grave tenía que suceder para que no guardara un recuerdo agradable sobre una película en la que se mezclaban tres de mis obsesiones infantiles: las hostias, las naves espaciales y los bichos. Pero la casualidad y el tiempo libre han hecho que le dé una oportunidad y ahora puedo decir que lo entiendo todo. 

LO MEJOR: No tener que verla otra vez.
LO PEOR: Que algún día se me olvide lo mala que es y 
vuelva a verla.
Veamos. El protagonista es un cocinero torpe en una cafetería del espacio. Es bueno con los puños y no tiene muchas luces, lo cual es una mala combinación: es despedido por liarse a mamporros con un cliente maleducado, lo que le pone en una situación comprometida ya que al no tener trabajo podría ser expulsado de la estación galáctica y devuelto a la Tierra. En realidad, eso es lo que él anhela, aunque su otro sueño es competir en la Arena: un torneo de lucha entre participantes de todas las galaxias en el que hace cincuenta años que no vence ningún humano. Una serie de acontecimientos (demasiado aburridos de contar y que ocupan 38 minutazos de película) le llevan finalmente a participar en la Arena, momento en el cual pensamos que va a empezar la diversión, pero no. Gran parte de la culpa la tiene el protagonista, Paul Satterfield, quien resulta de un antipático y una sosería descomunales (esta especie de Christopher Reeve en rubio era uno de los protagonistas del segmento La balsa en Creepshow 2). Pero no sólo es eso, la película no tiene ritmo, no tiene ni un gramo de épica, las peleas son horrendas y todo por culpa de un error garrafal que está en el propio concepto inicial de la cinta: ver a criaturas monstruosas creadas por John Carl Buechler está bien, ver una película de torneos de lucha ambientada en el espacio también puede estar bien, hacer que alguien luche contra esos monstruos no está bien. Con esa premisa, es imposible encontrar cualquier rasgo de dinamismo: no se puede dar espectacularidad ni ritmo a una pelea cuerpo a cuerpo entre un tío mazas y un saltamontes grigante from outer space. Desde ese punto de vista, Arena es una película que jamás debía haberse realizado, noventa minutos de una inutilidad total que no consiguen ni siquiera entretener o generar algo de goce cinéfago más allá de alabar lo descabellado e imposible de su propuesta. Es más, hay momentos en los que puede resultar incluso molesta: ahí están esas escenas de taberna horribles, con música cochambrosa y atrezzo ridículo, llevándose la palma ese momento prácticamente insoportable en el que Shari Shattuck canta 'I love the barbarian'. Arena es, por muchos motivos, pura basura sin gracia, caspa interestelar desechable que no merece más minutos de su tiempo que el que pueden emplear viendo su tráiler.  

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