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19 sept 2011

'Conan el bárbaro'

(Conan the barbarian. Marcus Nispel. Estados Unidos. 2011. 113 minutos) A priori, la idea de hacer un nuevo Conan para los espectadores del siglo XXI no tenía por qué ser mala: al fin y al cabo, hoy pocos espectadores parecen acordarse de las cintas protagonizadas por Arnold Schwarzenegger a principios de los ochenta; y si hablamos de los fans de Robert E. Howard, no es difícil encontrar entre ellos detractores acérrimos de la primera adaptación a la pantalla realizada por John Milius (la cual, por cierto, no ha envejecido nada mal). La marca de Millenium Films en los créditos de esta nueva versión de las aventuras del Cimmerio hacía presagiar una querencia hacia las formas clásicas del cine de acción y, al mismo tiempo, los medios actuales posibilitaban una mayor inmersión en los aspectos fantásticos del universo del personaje. Eso mismo nos hacían intuir los primeros avances de la película protagonizada por Jason Momoa, amén de una buena dosis de violencia que se apartara de la mojigatería habitual vista en la gran pantalla de un tiempo a esta parte. Teniendo en cuenta todo esto, no había miedos ni reticencias por mi parte a la hora de enfrentarme a este nuevo Conan el bárbaro, salvo, ay, un detalle importante: Marcus Nispel me parece un zoquete.

LO MEJOR: Los primeros veinte minutos.
LO PEOR: Una Rose McGowan insoportable.
La peor cualidad del director alemán no es que toda su filmografía se componga de remakes, sino la mediocridad como narrador que ha demostrado tener en todos ellos. La matanza de Texas (2003), a pesar de su considerable éxito comercial y de unas críticas aceptables, sólo resultaba interesante por la hipnótica presencia de Jessica Biel en camiseta mojada. Pathfinder: El guía del desfiladero (2007) contenía algunas imágenes impactantes y demostraba cierta pericia técnica, pero conseguía que la cinta noruega a la que reversionaba nos pareciera un prodigio de ritmo, casi una obra maestra, en comparación. El remake que hizo de Viernes 13 (2009), por ahora su mejor película, funcionaba suficientemente bien como para no aburrir, pero no iba mucho más allá en cuestión de calidad de lo conseguido por cualquiera de las muchas aventuras de Jason Voorhees. Conan el bárbaro, su versión, consigue crear el espejismo de estar viendo, al fin, una buena película dirigida por Marcus Nispel, pero la expresividad de los primeros minutos, su virulencia y su chulería, quedan sepultados poco después por la medianía y el adocenamiento. Nispel no sabe cómo contar una historia con imágenes y tampoco sabe manejarse en las escenas de acción. Como ejemplo, observen el clímax final, en el que no queda muy claro cuál es el magnífico poder que el villano posee y, lo que es peor, el director exhibe una incapacidad total para filmar de manera comprensible el enfrentamiento entre los antagonistas, a pesar de que, sobre el papel, el concepto que maneja podría haber dado para una secuencia espectacular y emocionante de haber sido dirigida por alguien como Jackie Chan, por ejemplo. Lo único bueno que se puede decir de la cinta es que puede cumplir su cometido de entretenimiento si somos (muy poco) exigentes, pero también les digo que va directamente a mi lista de Películas que no tengo intención de volver a ver jamás. De ahí la solitaria estrella que le pongo...

2 comentarios:

Ayrael dijo...

La verdad es que no soy muy aficionada a este tipo de películas y ultimamente no dispongo de tiempo material para ir al cine, pero si recuerdo que ví "La matanza de Texas" y me quedé como si tal cosa. Igual que si me hubiera puesto una peli de sobremesa de antena 3 de domingo...
Besos ^^

Pedro José Tena dijo...

Que uno se quede "como si tal cosa" después de ver una peli protagonizada por Caracuero es lo peor de lo peor. Y con Marcus Nispel uno se queda indiferente. A ver cuándo hace algo en condiciones el hombre...