Buscador

29 sept 2011

'Re-Sonator'

(From Beyond. Stuart Gordon. Estados Unidos. 1986. 86 minutos) Ante el éxito de Re-Animator (1985), considerada unánimemente como una de las mejores comedias de terror de todos los tiempos y uno de los títulos imprescindibles del cine fantástico de los ochenta, al productor Brian Yuzna le faltó tiempo para reunir al mismo equipo técnico y artístico y ponerse manos a la obra con un nuevo proyecto con el que intentaría repetir la jugada. Así, Stuart Gordon como director, Dennis Paoli como guionista y Richard Band como compositor se reunieron con Yuzna y con dos de los protagonistas de Re-Animator, el siempre agradecido Jeffrey Combs y la apetitosa Barbara Crampton, para volver al universo de H.P. Lovecraft y llevar a la pantalla otro de sus relatos, en este caso Del más allá, publicado en 1934. Retomando al protagonista de la narración escrita y añadiendo componentes de sexo malsano, la película nos cuenta la historia del Crawford Tillinghast (Jeffrey Combs), un científico que, siguiendo los pasos del Dr. Edward Pretorious (Ted Sorel), realiza experimentos con el re-sonador, una máquina capaz de estimular la glándula pineal y desarrollarla hasta convertirla en un nuevo sentido, un nuevo órgano, un tercer ojo (literalmente) a través del cual se pueden ver los seres del más allá que están entre nosotros y que no somos capaces de percibir con los cinco sentidos tradicionales. Pero el re-sonador tiene otras consecuencias: provoca dependencia a sus usuarios, les despierta la libido de manera desaforada y, lo peor de todo, abre una ventana entre dos mundos a través de la cual se pueden colar peligrosas criaturas ansiosas de sangre y carne humana. La doctora Katherine McMichaels (Barbara Crampton) y el policía Bubba Brownlee (Ken Foree) se verán inmersos en el terror al intentar determinar si Tillinghast es simplemente un pirado o si realmente ha conseguido ver el otro lado.

LO MEJOR: Unos entregadísimos Jeffrey Combs y, sobre
todo, Barbara Crampton ganándose a pulso su lugar de
honor en el Olimpo de las Scream Queens.
LO PEOR: Lo rutinaria que se vuelve a partir de la segunda
mitad.
Re-Sonator tiene su peor enemigo en las comparaciones obligadas con Re-Animator, de la cual no supone una continuación, sino más bien una explotación indirecta. La Empire puso toda la carne (o el látex) en el asador para conseguir una película que pudiera medirse sin miedo con su antecesora, pero esta nueva producción está por debajo de las virtudes de aquella, la cual se acercaba mucho a lo que podríamos considerar una obra maestra. Ambas cuentan con un arranque sobresaliente y funcionan igual de bien durante su primera mitad, pero si Re-Animator era capaz de llevar una progresión ascendente y sin altibajos, convirtiéndose en un orgasmo de noventa minutos para cualquier cinéfago con dos dedos de frente, Re-Sonator no resiste la comparación desde ese punto de vista, ya que cuenta con una primera mitad sublime, a la altura de su antecesora, pero empieza a perder fuelle a mitad de metraje, cuando el argumento cambia de tercio (a partir de que Tillinghast sobrevive a la muerte y se convierte en un monstruo asesino) y se queda estancado en una sucesión de set-pieces rutinarias y casi desprovistas del humor negro del que se ha hecho gala en los primeros minutos de película. Eso sí, a pesar de no ser tan redonda como Re-Animator, Re-Sonator es un festival para los amantes de los efectos especiales tradicionales, un desfile impresionante de monstruos, híbridos que parecen sacados de una cinta de David Cronenberg y un trío protagonista irresistible para cualquier gourmet de la serie B. No es perfecta, pero sigue siendo mejor que la mayoría de bodrios que a veces nos tragamos por cuestiones nostálgicas, cuando nos dan esos ataques de vejez en los que pensamos que "cualquier tiempo pasado fue mejor". Admitamos que no siempre es así y que todavía hay motivos para seguir defendiendo el cine de género, pero en el caso de Re-Sonator se cumple la regla: quizá si la vuelven a ver, o si tienen la suerte de descubrirla ahora, no puedan evitar soltar alguna lagrimilla pensando en que la época de los animatronics, de los maquillajes locos y los monstruos de goma ya no volverá. Y no hace falta ningún re-sonador para darse cuenta de eso.

2 comentarios:

BORJA dijo...

De mis pelis fetiche, junto a la deliciosa Dolls. Para mi gusto, de lo mejorcito para ver en sesión doble comiendo porquería de colores.

Pedro José Tena dijo...

Muy de acuerdo, una sesión doble con Re-Sonator y Dolls es perfecta, y si es con aditamentos de esos que se te pegan a los dedos y a los dientes, mejor que mejor. :)