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21 mar 2012

'The Iceman Cometh'

(Ji dong ji xia. Clarence Fok. Hong Kong. 1989. 114 minutos) Ver pelear a Yuen Biao siempre es un bálsamo para la vista. Si, además, lo hace contra alguien tan preparado como Yuen Wah, el resultado sólo puede convertirse en una de las cimas de la elegancia, la ferocidad y las capacidades acrobáticas de las artes marciales. Esto es lo que sucede en The Iceman Cometh, película de Clarence Fok en la que Yuen Biao interpreta a Fong Sau-Ching, un guardia real de la Dinastía Ming que tiene la misión de atrapar a Fung San (Yuen Wah), un despiadado asesino que estudió con Fong pero que se dejó llevar por los vicios, el poder y la violencia. Durante una pelea, ambos quedan atrapados en un bloque de hielo que no será hallado hasta varios siglos después, en el Hong Kong de 1989. Una vez reanimados, los dos guerreros continuarán su lucha en una época que desconocen, al tiempo que entra en la ecuación una prostituta llamada Polla (Maggie Cheung), que es prostituta y... y se llama Polla... y es prostituta y se llama Polla... en fin, ¿qué culpa tienen los guionistas? Si están pensando en lo mucho que se parece al  argumento de la posterior Demolition Man (Marco Brambilla, 1993), están acertando. Si al leer esto se han acordado también de la coetánea Warlock, el brujo (Warlock. Steve Miner, 1989) y de la anterior Los Inmortales (Highlander. Russell Mulcahy, 1986), siguen estando en lo cierto: The Iceman Cometh toma prestadas algunas ideas y anticipa otras de ellas, pero les gana por goleada en lo que más le interesa, que no es otra cosa que la acción. 

LO MEJOR: Evidentemente, las escenas de acción.
LO PEOR: La bobalicona subtrama romántica.
Y es que, sin despreciar los valores de Demolition Man, Warlock y Los Inmortales (todas ellas recomendables y necesarias), ningún efecto especial puede competir con las proezas de Yuen Biao y Yuen Wah, también coreógrafos de las escenas de acción junto con los veteranísimos Yuen Tak y Chin Kar Lok (el hombre que se escondía detrás de algunos de los stunts de Jackie Chan, así que olvídense de una vez por todas de la cantinela de que el bueno de Jackie no usaba dobles). El problema es que en casi dos horas de metraje son pocos los enfrentamientos entre ambos, y lo que hay entre medias no es precisamente memorable: después del prólogo, Yuen Biao comienza a protagonizar una comedia romántica con Maggie Cheung en la que el director no evita los socorridos (y manidos) chistes a costa del viajero del tiempo (lavarse la cara en la taza del wc, pensar que lo que emite la televisión está ocurriendo de verdad, temer a los automóviles como si fuesen monstruos diabólicos, etc.) hasta que, por fin, recuerda que tenía un enemigo que probablemente esté por ahí haciendo de las suyas y es entonces cuando decide seguirle el rastro. Toda esta parte central hace que el conjunto quede bastante deslucido, pero lo demás (las secuencias de acción y  los efectos especiales de la vieja escuela, pintados a mano sobre los propios fotogramas) es para levantarse del sillón y aplaudir. De ahí que el visionado de The Iceman Cometh transcurra entre el bochorno y el asombro, pero, si son fans del cine de Hong Kong y no la han visto, no deberían perdérsela por nada del mundo.

Nota: Esta vez no he localizado el tráiler, así que les dejo un vídeo donde pueden ver la pelea final entre estos dos titanes. Y, repito, es el final, así que vean el vídeo bajo su responsabilidad.

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