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7 mar 2012

'Infierno blanco'

(The grey. Joe Carnahan. Estados Unidos. 2012. 117 minutos) Tras la decepción comercial que supuso su vibrante versión de El Equipo-A, Joe Carnahan ha visto cómo la confianza que los grandes estudios depositaban en él ha quedado mermada y, debido a esto, su nuevo trabajo es una producción que, para los estándares de Hollywood, se puede decir que es de bajo presupuesto (apenas unos 25 millones de dólares según IMDb, muy lejos de los 110 que costó su anterior película). Esto, que en principio puede parecer una limitación, se puede entender claramente como una ventaja si tenemos en cuenta que un menor desembolso económico conlleva, dentro de unas inevitables aspiraciones lucrativas, una necesidad menor de conseguir unos resultados de taquilla boyantes y, por tanto, la posibilidad de dejar a un lado las concesiones al público menor de edad y a espectros demográficos amplios. Dicho de otro modo, gracias al semi-fracaso de su anterior propuesta, Joe Carnahan ha podido hacer una cinta más libre, concebida como una aventura violenta donde la gente muere dramáticamente, protagonizada exclusivamente por hombres de mediana edad y destinada a un público muy concreto: el que añora los tiempos en los que las películas sobre tipos duros sobreviviendo a circunstancias extraordinarias no eran la excepción.


LO MEJOR: La angustia que provocan algunas escenas.
LO PEOR: Los apuntes sentimentaloides.
Infierno blanco puede decepcionar si sólo pensamos en ella como un enfrentamiento entre Liam Neeson, algo así como el macho definitivo, y los lobos. En ese sentido, es muy probable que el final de la película deje a más de uno con la sensación de que la campaña publicitaria le ha tomado el pelo. Más que que eso, se trata de una historia de supervivencia colectiva en la que un grupo de descastados tiene que luchar codo con codo para sobrevivir a un accidente de avión, a las fuerzas de la naturaleza y a una manada de cánidos hambrientos, superando los conflictos interpersonales de rigor y, por supuesto, lidiando también con los fantasmas del pasado. La película presenta así a dos manadas enfrentadas, cada una con su respectivo macho alfa liderando al grupo, enfrentadas en un territorio donde los humanos tienen todas las de perder, que les es ajeno y en el que parecen condenados a ir encontrando la muerte uno a uno. De este modo, Infierno blanco está teñida por un pesimismo que provoca en el espectador la sensación de estar lejos de un mero entretenimiento, lo cual puede llevar a sentir cierto desapego hacia lo que ocurre en la pantalla, ya que Carnahan parece exigir demasiada empatía con unos personajes antipáticos y poco (o nada) desarrollados, de los que sólo conocemos datos arbitrarios gracias a sus escasas conversaciones o a la grotesca utilización de las fotos familiares guardadas en la cartera como recurso dramático. Ahí es donde fracasa la película, en el intento de trascender los límites del cine de acción y aventuras para convertirse en algo más... Carnahan yerra en ese sentido porque no sabe manejar bien los sentimientos de sus personajes y porque intenta llegar al espectador por la vía fácil, acudiendo al sentimentalismo, algo que le sienta mal a un título que debería haber sido más feroz y, en ocasiones, menos moñas para cumplir con las expectativas y no quedarse a medias. Aún así, es un film apreciable y que les recomiendo si son de los que, como servidor, disfrutan con el género supervivencialista.

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